sábado, 13 de septiembre de 2014

ANTOJOS de la GESTANTE - VISION ESPIRITA

    Con el desenvolvimiento de la gravidez, a medida que el embrión se va estructurando, conforme al molde energético dado por las matrices periespirituales de la entidad reencarnante, se van intensificando los trueques fluídicos o energéticos, entre el periespíritu de la madre y el espíritu reencarnante.
    Ya se observa, a cierta altura, una intensa sintonía vibratoria con gran intercambio de campos energéticos. Sucede que estas vibraciones permutadas pueden ser dolientes (espiritualmente hablando) o sanas. Las vivencias de las encarnaciones anteriores, indeleblemente registradas en los archivos energéticos del espíritu, son núcleos de emanación de ondas que ejercen influencia sobre la gestante. Las experiencias de sufrimientos aún no resueltas sicológicamente, los resentimientos mantenidos, son concentraciones de fuerza que irradian sobre la estructura psico-física materna. Las experiencias comunes entre madre e hijo, vividas en existencias pretéritas, se reencuentran ahora con anestesia apenas parcial.
    No resta duda, que la gran oportunidad de la reaproximación  y solución  de los débitos pasados. También es importante reafirmar, que toda a asistencia espiritual presente en el transcurso de la gravidez, amparando al binomio.
    Los trueques fluídico-energéticos entre ambos, frecuentemente producen antojos a la madre. La intensidad de estos antojos muchas veces está relacionada (también) a diferencias de nivel evolutivo entre el espíritu reencarnante y la gestante. En determinadas situaciones, sin embrago, no se trata de diferencia de nivel espiritual, pues normalmente a los espíritus superiores no les es difícil superar y comprender las limitaciones de los menos evolucionados. Frecuentemente, son los reconocimientos inconscientes de las experiencias comunes vividas. Son las sensaciones resultante del espelhar mutuo, de la situación espiritual vivenciada en el pasado y aún no resuelta. Cuidémonos, no obstante, de no cometer injusticias o errores de juicio.
Los antojos tienen también causas meramente orgánicas ligadas a factores anatómicos y fisiológicos del proceso gestacional. Atribuir a los antojos apenas significado de orden espiritual, sería empobrecer la ciencia espírita y comprometer su imagen frente a las personas de buen sentido común.

    Los extraños deseos de la gestante:
    Las aparentes extravagancias de la mujer grávida pueden tener, también, causas ligadas a influencias del espíritu reencarnante. No estamos aquí, por tanto, excluyendo de manera alguna el componente fisiológico. Las profundas alteraciones hormonales bajo el comando de la hipófisis son sin duda co-factores que interfieren en el psiquismo de la gestante determinando tendencias en la esfera alimenticia. Habiendo sido hecha esta salvedad, cúmplenos estudiar la otra cara de la moneda.
    Estando la estructura del cuerpo espiritual de la entidad reencarnante unida al chakra genésico materno, pasa a sufrir la influencia de fuertes corrientes electromagnéticas que le imponen una reducción volumétrica necesaria. El cuerpo periespiritual que poseía digamos 175 cm se deberá se adaptar a un organismo fetal mucho menor. Ocurre entonces la reducción de los espacios intermoleculares de la materia periespiritual. Tal hecho ocurre por la disminución de la vibración de las moléculas del cuerpo espiritual. La energía cinética se reduce, las moléculas se aproximan reduciendo los espacios intermoleculares. Además de esta reducción, toda molécula excedente, que no sirva al trabajo fundamental de refundición de la forma es devuelta al plano "espiritual " y reintegrada al fluido cósmico universal.
    En el organismo materno, más específicamente en el chakra genésico, hay una función que se parece al trabajo de un extractor de cocina. En este aparato doméstico se procesa la absorción de la grasa excedente, eliminándola del ambiente. Conforme encontramos en el libro" Entre Tierra y Cielo", cap. XXX,  André Luiz se expresa de la siguiente forma."El organismo materno, absorbiendo las emanaciones de la entidad reencarnante, funciona como un extractor de fluidos en desintegración, fluidos esos que no siempre son apacibles o soportables por la sensibilidad femenina".
    Hay espíritus que por se hallarse zoantropizados o licantropizados (esto es, tan deformados que parecen como animales, lobos, etc.), por tanto con morfología tan alterada y llena de fluidos prejudiciales que sufrirán intenso proceso de reabsorción fluídica por parte del chakra genésico materno. El hecho citado genera intensas y frecuentes sensaciones psíquicas en la gestante. Estas sensaciones no tienen traducción lógica en valores conocidos a los sentidos físicos. Como son sensaciones el cerebro decodifica en algo material y expresa como: Deseo de comer, oler o hacer alguna cosa diferente. Por tanto, aunque sea verdad que deseos insatisfechos puedan determinar defectos físicos en el bebé, mera creencia, los deseos existen y cuando no son tan absurdos como comer jabón con cebolla, no cuesta nada (a veces) satisfacer a  la pobre gestante.... Mas no exageremos....

Ricardo Di Bernardi