sábado, 19 de octubre de 2013

VIDA Y EVOLUCIÓN


 ¿Cual es la posición de nuestro planeta en el espacio sideral?

El hombre, en el actual estado de desarrollo científico, aún no ha conseguido conocer, con exactitud, el mecanismo creador de su Universo material.

El oscurantismo del proceso de la creación del Universo viene instigando la inteligencia humana a formular varias hipótesis al respecto.

Incuestionablemente, podemos afirmar, solamente un hecho: alguien o algo, con inteligencia superior, lo creó! Incuestionable porque el raciocinio es plenamente lógico: no existe efecto sin causa y para un efecto inteligente debe haber una causa inteligente. El acaso siendo ciego y arbitrario jamás podría dar origen a tan magnífica obra (LE-Cap. l,2).

La Ciencia progresa a pasos largos y el pensamiento religioso debe acompañar la suma de estos nuevos conocimientos. No adelanta las religiones meter la cabeza en un hoyo, tal cual las avestruces, ignorando lo que está ocurriendo alrededor.

El Espiritismo, dentro de su postura marcadamente evolutiva, afirma, de forma audaz, que, si el avance científico demostrare que algún punto de su doctrina merece reparos, ella se modificará en aquel punto de referencia, asimilando la orientación de la Ciencia (Génesis - cap.1-ítem 55).

Entretanto, ya en el año de 1857, los espíritus nos informaban que todo se encadena en la naturaleza, del átomo primitivo hasta el arcángel (LE-Pregunta 604/540). Por consiguiente, pasado - presente - futuro del microcosmo al macrocosmo, todo se relaciona de forma armoniosa obedeciendo las Leyes Generales criadas por Dios. ¿No estaría en este singular, pero profunda enseñanza, una de las claves para desvendar los grandes enigmas de la humanidad?

El notable científico Albert Einstein publicó, en 1905, la Teoría de la Relatividad, que revolucionó todo el conocimiento científico sobre el Universo, que prevalecía en la época. El Espacio y el Tiempo, tenidos como materias abstractas, pasaron a ser realidades concretas, sujetas a la influencia de fuerzas físicas. Más recientemente surgió la teoría de la creación del Universo a través de una formidable explosión - "Big-Bang" - de toda materia altamente concentrada, que habría ocurrido hace aproximadamente, 20 billones de años. El Tiempo y el Espacio no serian eternos e infinitos como se pensaba, mas habrían surgido en el mismo instante de la grande explosión. El Universo, por tanto, sería finito, tanto en el tiempo como en el espacio. Axial, no tendría sentido especular sobre el tiempo antes del momento de la creación del Universo, porque, simplemente, el tiempo no existía. Se estima que el planeta Tierra se haya formado hace mucho menos tempo: cerca de 4,5 billones de años.

Desafortunadamente, la gran complejidad de esos estudios, dificulta, en mucho, su conocimiento para la mayoría de las personas. Sin embargo, es importante que, por lo menos, se tenga la noción del posicionamiento de nuestro mundo en el espacio sideral. El planeta Tierra pertenece a un sistema planetario que tiene una estrella-sol como centro. Entretanto, nuestra estrella-sol pertenece a una galaxia (Vía-Láctea) que, por su vez, contiene otras 100 billones de estrellas-soles, cada cual, con posibles sistemas planetarios. Por su vez, nuestra galaxia integra un Universo que contiene billones y billones de otras galaxias, cada cual con billones y billones de estrellas-soles y, consecuentemente, con billones y billones de otros sistemas planetarios, conteniendo billones, billones y billones de planetas. Eso, sin considerar la hipótesis de que la Ciencia, a través de la teoría de los colapsos gravitacionales - "Hoyos Negros"-, señala la existencia de otros Incontables universos!

Delante de tanta grandiosidad, aún existen personas que piensan que el hombre es el soberano y único ser pensante de este Universo.

Coherente con la lógica, la Doctrina Espírita siempre ha proclamado la pluralidad de mundos habitados, conclusión ésta que fatalmente la Ciencia confirmará brevemente.

El surgimiento de la vida en la Tierra también es motivo de polémicas. Dentro de la escala evolutiva de las especies, propuesta por Charles Darwin, en 1859, se estima que las primeras formas rudimentarias de vida habrían surgido hace 3.5 billones de años; los peces, cerca de 500 millones de años; los anfibios, cerca de 325 millones de años; los reptiles, cerca de 300 millones; los mamíferos, cerca de 200 millones y las aves, cerca de 180 millones.

La Ciencia, hasta el momento, tampoco ha conseguido desvendar por completo, el momento y el local donde surgió el espécimen que puede se considerado como, efectivamente, el elemento de la actual raza humana. el espécimen "australopithecus", homínido de forma animalezca antecesor del genero humano, data de cerca d 4 millones de años. El "Homo Halis", considerado el primer espécimen pré-humano a utilizar rudimentarias herramientas de piedra, vivió hace cerca de 2 millones de años. el "Homo Erectus", un poco más evolucionado, vivió hace cerca de 1 millón y 500 mil años. El "Homo Sapiens", ya con razonable grado de inteligencia, vivió hace cerca de 250 mil años. Finalmente el "Homo Sapiens Sapiens", que poseía la misma anatomía del hombre actual, data de, apenas, 50 mil años.

La Ciencia actual estima que el Hombre primitivo debe haber surgido en algún punto de la escala evolutiva situado entre el "Homo Erectus" y el "Homo Sapiens". Obviamente, las fechas y las clasificaciones aquí mencionadas no pueden ser tomadas con rigor absoluto, aunque posean cierto consenso científico. Este es un campo en el cual tanto la Ciencia como la Doctrina Espírita aún tiene mucho que revelar.

Se debe resaltar que, en principio, la Teoría de la Evolución de las Especies, propuesta por Darwin, se armoniza perfectamente con lo que predica la Doctrina Espírita. El conocimiento de la cronología de la creación del Universo y de la evolución de la vida en los permite un entendimiento mayor sobre el camino evolutivo recorrido por el espíritu, magistralmente sintetizado por León Denis: el Alma duerme en la piedra, sueña en el vegetal, se agita en el animal y despierta en el Hombre. La especie humana, por tanto, continúa en constante evolución en todos los sentidos: físico, moral y espiritual.

Como vemos, a pesar do progreso científico, las preguntas y las incertidumbres aún son muchas, mas la Ciencia continua avanzando de forma inexorable. Y no hay duda, como afirma Djalma Motta Argollo, que el próximo milenio presenciará el encuentro del científico con la realidad del Espíritu y, consecuentemente, con la Divinidad.

Ivan Régis de Arruda Frota
(Revista Internacional de Espiritismo – Mayo de 1998)

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