¿Cual es la posición de nuestro planeta en el espacio sideral?
El hombre, en el actual estado de desarrollo científico, aún no ha
conseguido conocer, con exactitud, el mecanismo creador de su Universo
material.
El oscurantismo del proceso de la creación del Universo viene
instigando la inteligencia humana a formular varias hipótesis al respecto.
Incuestionablemente, podemos afirmar, solamente un hecho: alguien o
algo, con inteligencia superior, lo creó! Incuestionable porque el raciocinio
es plenamente lógico: no existe efecto sin causa y para un efecto inteligente
debe haber una causa inteligente. El acaso siendo ciego y arbitrario jamás
podría dar origen a tan magnífica obra (LE-Cap. l,2).
La Ciencia progresa a pasos largos y el pensamiento religioso debe
acompañar la suma de estos nuevos conocimientos. No adelanta las religiones
meter la cabeza en un hoyo, tal cual las avestruces, ignorando lo que está
ocurriendo alrededor.
El Espiritismo, dentro de su postura marcadamente evolutiva, afirma,
de forma audaz, que, si el avance científico demostrare que algún punto de su
doctrina merece reparos, ella se modificará en aquel punto de referencia,
asimilando la orientación de la Ciencia (Génesis - cap.1-ítem 55).
Entretanto, ya en el año de 1857, los espíritus nos informaban que
todo se encadena en la naturaleza, del átomo primitivo hasta el arcángel
(LE-Pregunta 604/540). Por consiguiente, pasado - presente - futuro del
microcosmo al macrocosmo, todo se relaciona de forma armoniosa obedeciendo las
Leyes Generales criadas por Dios. ¿No estaría en este singular, pero profunda
enseñanza, una de las claves para desvendar los grandes enigmas de la
humanidad?
El notable científico Albert Einstein publicó, en 1905, la Teoría de
la Relatividad, que revolucionó todo el conocimiento científico sobre el
Universo, que prevalecía en la época. El Espacio y el Tiempo, tenidos como
materias abstractas, pasaron a ser realidades concretas, sujetas a la
influencia de fuerzas físicas. Más recientemente surgió la teoría de la
creación del Universo a través de una formidable explosión -
"Big-Bang" - de toda materia altamente concentrada, que habría
ocurrido hace aproximadamente, 20 billones de años. El Tiempo y el Espacio no serian
eternos e infinitos como se pensaba, mas habrían surgido en el mismo instante
de la grande explosión. El Universo, por tanto, sería finito, tanto en el
tiempo como en el espacio. Axial, no tendría sentido especular sobre el tiempo
antes del momento de la creación del Universo, porque, simplemente, el tiempo
no existía. Se estima que el planeta Tierra se haya formado hace mucho menos
tempo: cerca de 4,5 billones de años.
Desafortunadamente, la gran complejidad de esos estudios, dificulta,
en mucho, su conocimiento para la mayoría de las personas. Sin embargo, es
importante que, por lo menos, se tenga la noción del posicionamiento de nuestro
mundo en el espacio sideral. El planeta Tierra pertenece a un sistema
planetario que tiene una estrella-sol como centro. Entretanto, nuestra
estrella-sol pertenece a una galaxia (Vía-Láctea) que, por su vez, contiene
otras 100 billones de estrellas-soles, cada cual, con posibles sistemas
planetarios. Por su vez, nuestra galaxia integra un Universo que contiene billones
y billones de otras galaxias, cada cual con billones y billones de
estrellas-soles y, consecuentemente, con billones y billones de otros sistemas
planetarios, conteniendo billones, billones y billones de planetas. Eso, sin
considerar la hipótesis de que la Ciencia, a través de la teoría de los
colapsos gravitacionales - "Hoyos Negros"-, señala la existencia de
otros Incontables universos!
Delante de tanta grandiosidad, aún existen personas que piensan que el
hombre es el soberano y único ser pensante de este Universo.
Coherente con la lógica, la Doctrina Espírita siempre ha proclamado la
pluralidad de mundos habitados, conclusión ésta que fatalmente la Ciencia
confirmará brevemente.
El surgimiento de la vida en la Tierra también es motivo de polémicas.
Dentro de la escala evolutiva de las especies, propuesta por Charles Darwin, en
1859, se estima que las primeras formas rudimentarias de vida habrían surgido
hace 3.5 billones de años; los peces, cerca de 500 millones de años; los
anfibios, cerca de 325 millones de años; los reptiles, cerca de 300 millones;
los mamíferos, cerca de 200 millones y las aves, cerca de 180 millones.
La Ciencia, hasta el momento, tampoco ha conseguido desvendar por
completo, el momento y el local donde surgió el espécimen que puede se
considerado como, efectivamente, el elemento de la actual raza humana. el
espécimen "australopithecus", homínido de forma animalezca antecesor
del genero humano, data de cerca d 4 millones de años. El "Homo
Halis", considerado el primer espécimen pré-humano a utilizar
rudimentarias herramientas de piedra, vivió hace cerca de 2 millones de años.
el "Homo Erectus", un poco más evolucionado, vivió hace cerca de 1
millón y 500 mil años. El "Homo Sapiens", ya con razonable grado de
inteligencia, vivió hace cerca de 250 mil años. Finalmente el "Homo
Sapiens Sapiens", que poseía la misma anatomía del hombre actual, data de,
apenas, 50 mil años.
La Ciencia actual estima que el Hombre primitivo debe haber surgido en
algún punto de la escala evolutiva situado entre el "Homo Erectus" y
el "Homo Sapiens". Obviamente, las fechas y las clasificaciones aquí
mencionadas no pueden ser tomadas con rigor absoluto, aunque posean cierto
consenso científico. Este es un campo en el cual tanto la Ciencia como la
Doctrina Espírita aún tiene mucho que revelar.
Se debe resaltar que, en principio, la Teoría de la Evolución de las
Especies, propuesta por Darwin, se armoniza perfectamente con lo que predica la
Doctrina Espírita. El conocimiento de la cronología de la creación del Universo
y de la evolución de la vida en los permite un entendimiento mayor sobre el
camino evolutivo recorrido por el espíritu, magistralmente sintetizado por León
Denis: el Alma duerme en la piedra, sueña en el vegetal, se agita en el animal
y despierta en el Hombre. La especie humana, por tanto, continúa en constante
evolución en todos los sentidos: físico, moral y espiritual.
Como vemos, a pesar do progreso científico, las preguntas y las
incertidumbres aún son muchas, mas la Ciencia continua avanzando de forma
inexorable. Y no hay duda, como afirma Djalma Motta Argollo, que el próximo
milenio presenciará el encuentro del científico con la realidad del Espíritu y,
consecuentemente, con la Divinidad.
Ivan
Régis de Arruda Frota
(Revista Internacional de Espiritismo – Mayo de 1998)
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