viernes, 12 de julio de 2013

CAMILLE FLAMMARION






Astrónomo y escritor, fue también un espí­rita convencido y practicante. Sus obras enriquecieron mucho la literatura espírita. Nació Camille Flammarion el día 26 de febrero de 1842, en Francia, y desencarnó el 4 de julio de 1925. Iba a seguir la carrera eclesiástica y llegó a cursar el seminario de Langres, mas abandonó el seminario aún joven, y se fue a luchar por la vida. Dotado de mucha inclinación para la ciencia, fue agregado, a los 16 años de edad, al Observatorio de Paris, como alumno de astronomía, habiendo sido designado para servir en la “Repartición de las Longitudes”.

Su mayor predilección era justamente la astronomía. Cuando joven, montó un observa­torio particular, en Juvisy, el cual fue transfe­rido, después, para Paris. Fundó la Sociedad Astronómica de Francia y publicó aproximadamente cuarenta trabajos sobre astronomía. Sus obras científicas fueron traducidas en diversas lenguas. Organizó también cursos populares de astronomía. La fama de Flammarion comenzó, a bien decir, cuando publicó un libro, que luego se tornaría célebre: La pluralidad de los mundos habitados. El libro tuvo grande e inmediata repercusión en los medios más cultos de la Europa, justamente porque apareció en el momento en que mucho se acentuaban las tendencias materialistas de la época. Fue por causa de ese libro que Flammarion se decidió a estudiar el Espiritismo. 

Hubo, realmente, una coincidencia muy relevante. Cuenta el propio Flammarion que, al pasar por una galería en Paris, vio expuesto El Libro de los Espíritus y, por la curiosidad del título, resolvió hojear el Libro; con sorpresa, notó prontamente que El Libro de los Espíritus defendía una tesis que estaba totalmente de acuerdo con la tesis que él, defendía en su obra. De ahí en adelante se hizo amigo y compañero de Allan Kardec, habiendo trabajado como médium, en la antigua Sociedad Parisiense de Estudios Espíritas. En 1867 Flammarion publicó otro libro notable: Dios en la Naturaleza, libro en que, con argumentos científicos, afirma la existencia de Dios.

Con espíritu crítico, siempre afecto a la orientación científica, realizó estudios y pesquisas durante largos años, lo que le permitió escribir Las Fuerzas Naturales Desconocidas y, después, otros trabajos de real valor. Entre otras obras espíri­tas, aún hoy citadas, como fuentes autorizadas: Lo Desconocido y los problemas psíquicos, Casas Mal Asombradas, La Muerte y sus misterios

Le cupo, finalmente, a Camilo Flammarion hacer el discurso de despedida o duelo, a la frente al túmulo de Allan Kardec, en nombre de los espíritas de Paris. En ese memorable discurso, reafirmó su convicción espírita y declaró lo siguiente: “Fue Allan Kardec un hombre de ciencia y de cierto no hubiera podido prestar este primer servicio y a divulgarlo hasta muy lejos, como una invitación a todos los corazones. Él, sin embargo era lo que denominaré simplemente el buen sentido encarnado.” Dejó Flammarion, como se ve, notable contribución a la literatura espírita. No se limitó apenas al fenómeno: aceptó la rencarnación que es la base de la filosofia espírita.




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