lunes, 30 de agosto de 2010

SALUD y ANATOMÍA DEL CUERPO ESPIRITUAL

Para facilitar una visión más clara del mecanismo de la encarnación, y también de todos los fenómenos espirituales, inicialmente se hace necesario estudiar detenidamente el cuerpo espiritual.

Cuando las entidades espirituales se nos hacen visibles, sea por la simple videncia mediúmnica, sea por el fenómeno de la materialización ectoplasmática, observamos que ellas poseen un cuerpo semejante a nuestro cuerpo físico. Por otro lado, los espíritus nos dicen que nosotros somos los que poseemos un cuerpo semejante al de ellos.

En el fenómeno de materialización, tan estudiado por el famoso físico inglés William Crookes y por el premio Nóbel de Medicina y Fisiología, Charles Richet, los Espíritus se hacen visibles y palpables a todos los presentes en la sesión de estudios. Son percibidos y tocados en sus cuerpos espirituales.

Innegable es, sin duda, que existen, en otras partes, fraudes conscientes e inconscientes; sin embargo, la alta frecuencia de los fenómenos, bien como el elevado nivel cultural y ético de las personas seriamente envueltas en determinados casos atestiguan su realidad.

Aunque la esencia espiritual no tenga forma, pues es el principio inteligente, los Espíritus poseen un cuerpo espiritual anatómicamente definido y con una fisiología propia de la dimensión extra-física.

En los planos espirituales sabemos, por incontables médiums confiables como Francisco Cándido Xavier (Chico) y Divaldo Pereira Franco, sobre la maravillosa organización de las comunidades sociales que los espíritus constituyen, a veces parecidas a las terrestres.

La energía cósmica universal o fluido cósmico que baña o pernea todo el universo es la materia-prima que o comando mental de los Espíritus utiliza para a constitución de los objetos por eles manoseados. A este respecto, encontramos informaciones más detalladas reunidas por Kardec en "El Libro de los Médiums", en el capítulo - Del Laboratorio del Mundo Invisible-. El cuerpo de los Espíritus, ya mencionado por el apóstol Pablo y conocido en las diversas religiones con los más diferentes nombres, tales como periespíritu, cuerpo astral, psicosoma y otros, es también materia. El periespíritu está constituido de un tipo especial de materia derivada del fluido cósmico universal. Así nos informan las entidades espirituales.

El cuerpo espiritual se presenta moldeable conforme las emociones mentales del Espíritu. Cada Espíritu presenta su periespíritu con aspecto correspondiente a su estado psíquico. La mayor elevación intelecto-moral determina como consecuencia una sutilización del propio cuerpo espiritual.

En contrapartida, los Espíritus cuyas vibraciones mentales son inferiores determinan, inconscientemente, que su cuerpo espiritual se presente más denso opaco y oscurecido, no teniendo la irradiación luminosa de los primeros.

Conforme se tiene noticia a través de incontables autores espirituales, el periespíritu se presenta estructurado por aparatos o sistemas que constituidos de órganos; estos órganos son formados por tejidos que, por su vez, son constituidos por células.
Según referencias encontradas en las obras de Gustavo Geley y Jorge Andrea, las células de cuerpo espiritual, en nivel más profundo, están estructuradas por moléculas que están constituidas por átomos. Los átomos del periespíritu son formados por elementos químicos conocidos nuestros, además de otros desconocidos del hombre encarnado. Elementos antes del hidrógeno y más allá del uranio, que en la Tierra representan los limites de la materia atómica conocida.

Los átomos y moléculas que constituyen las células del periespíritu poseen una energía cinética propia que es la fuerza determinante de su vibración constante. Cuanto más evolucionada la entidad espiritual mayor la velocidad con que vibran los átomos del periespíritu.

De la misma forma, conforme el adelanto moral del Espíritu, mayor el la distancia entre las moléculas que componen el periespíritu, por su vibración, de ahí la menor densidad de su cuerpo espiritual.

Una analogía: el agua en estado líquido cuando hervida se transforma en vapor por la mayor energía cinética de sus moléculas, determinando una separación entre ellas debida a la vibración más intensa que pasan a tener.

En este ejemplo simple podemos mentalizar el porqué de la liviandad del cuerpo espiritual de las entidades cuyo patrón vibratorio es más elevado.

En el libro "Mecanismos de la Mediumnidad", de André Luiz, psicografiado por Francisco Cándido Xavier, encontramos elementos complementarios sobre esta información.

Espíritus de alta jerarquía moral poseen vibraciones de alta frecuencia, o sea, las ondas que emiten o irradian son "finas" o de pequeño largo de onda. Las energías emanadas por las vibraciones de las moléculas periespirituales se interpretan también por una irradiación luminosa con colores típicos.

Los Espíritus son vistos por los videntes o descritos en las obras psicografiadas emitiendo colores y tonos bastante peculiares a su grado de adelanto.

Cuanto más primitiva sea la entidad espiritual, más oscuros los tonos de los colores y más opacos. A medida que ascienden a grados más elevados en la escala del progreso, pasan a emitir una luminosidad, por la postura mental adoptada, debido a situaciones momentáneas, las vibraciones se aceleran o se desaceleran, determinando modificaciones en la estructura del cuerpo espiritual, y todo el conjunto se altera.

Ejemplos prácticos de modificaciones profundas y graves, en el capítulo de las patologías del cuerpo astral, serían los casos descritos como de zoantropía o licantropía. En esas situaciones las formas periespirituales se animalizan por la postura de odio recalcitrante u otros sentimientos inferiores, deformantes del cuerpo espiritual. Se denomina como zoantropía (zoo = animal y anthropos = hombre ) a los casos donde el cuerpo espiritual por la deformación progresiva pasa a asemejarse a un animal. Licantropía (lican=lobo y anthropos = hombre) a los casos donde el cuerpo espiritual por la alteración degenerativa de la forma pasa a recordar la figura de un lobo, lo que nos hace recordar la leyenda del hombre-lobo que talvez tenga origen en el hecho de, por el fenómeno de la videncia mediúmnica, hayan sido vistos espíritus con este tipo de deformidad anatómica en su cuerpo astral .

Naturalmente que estas deformidades son transitorias y relativas al tiempo en que la entidad espiritual se mantiene en la actitud mental de odio.

El tratamiento reparador de estas deformidades se efectúa con una adecuada energización de los Espíritus como hemos observado en las tareas mediúmnicas de que participamos. Osamos, inclusive, a crear el vocablo "periespiritoplastía" para designar la recuperación anatómica que observamos en las entidades tratadas y recuperadas en su aspecto en los grupos mediúmnicos. Tanto energías del plano extra-físico, de la naturaleza como el ectoplasma formó parte de la materia prima utilizada por nosotros y por los mentores espirituales que nos asisten.

Ricardo Di Bernardi

http://www.espirito.org.br/
(Traducido del portugués)