miércoles, 10 de agosto de 2011

EVOLUCIÓN Y LAS DIFERENTES CATEGORÍAS DE MUNDOS HABITADOS

La evolución de los mundos habitados ocurre en el mismo ritmo de la de los seres que habitan en cada uno de ellos. Los mundos habitados, según el Espiritismo, pueden ser clasificados del siguiente modo:

• Mundos Primitivos: destinados a las primeras encarnaciones del Espíritu. Son los mundos formados hace menos tiempo. En ellos se encuentran todos los seres en sus fases iniciales de progreso.

• Mundos de expiación y pruebas, donde domina el mal entre los Espíritus. En esos mundos, algunas especies animales ya demuestran un cierto grado de raciocinio y conciencia. La explotación de los animales por el ser humano y la ausencia de respeto a la naturaleza son preponderantes.

• Mundos de regeneración, en los cuales los Espíritus que aún tienen que expiar extraen nuevas fuerzas, reposando de las fatigas de la lucha. Las demás especies de seres vivos están más evolucionadas y pocos son los seres humanos que las explotan para el trabajo o para de ellos alimentarse. Es mayor, también, el respeto por la naturaleza en general.

• Mundos dichosos, donde el bien sobrepuja el mal. En esos mundos la explotación de las especies animales por el ser humano y el desrespeto pela naturaleza son reducidos.

• Mundos celestes o divinos, habitaciones de Espíritus depurados, donde exclusivamente reina el bien. Todos los otros seres, en estos mundos, se encuentran en su estadio final de desenvolvimiento antes de pasar hacia el reino siguiente en la escala evolutiva. Reinando solamente el bien en esos mundos, la armonía entre todos los seres es total.

¿Qué clasificación, le parece a usted, tendría la Tierra?

sábado, 6 de agosto de 2011

REFLEXIONES SOBRE EL ESPIRITISMO

Por: Amílcar Del Chiaro Hijo

El Libro Tercero – Leyes Morales, de El Libro de los Espíritus, presenta teorías avanzadas para a su época, especialmente en lo que concierne a los derechos de la mujer y el derecho de vivir.

Absurdamente, críticos del Espiritismo, al tiempo de Kardec, acusaron la doctrina de inmoral, simplemente porque Allan Kardec afirmó que la mediumnidad se manifestaba en las personas independientemente de su moral. Confundieron el médium, ser humano falible, con la Doctrina Espírita, dictada por los espíritus superiores, con la contribución de los hombres y, en especial, de Allan Kardec.

El Espiritismo tiene una moral límpida, clara, sin concesiones especiales, sin fanatismo o exigencias absurdas. Aprendemos con él que venimos de los reinos inferiores de la naturaleza, y hoy somos humanos en camino a la angelitud, entendida esta como sabiduría y virtud. Como hombres, vivimos la dualidad materia/espíritu, pues tenemos las necesidades materiales de alimentación, vestuario, abrigo, escuela, trabajo, placer, sexo y aspiraciones de levantar vuelo en busca de nuestra espiritualización. Ningún Espírita consciente de su Doctrina desprecia la oportunidad de vivir y aprender.

Quien lee El Libro de los Espíritus sin ideas preconcebidas, se admira de su simplicidad y profundidad. No existen teorías esdrújulas, conflictivas, mas todo es claro y natural. El Libro Tercero – Leyes Morales – presenta teorías avanzadas para su época, especialmente en lo que concierne a los derechos de la mujer y al derecho de vivir.

Aprendemos con la Doctrina Espírita a no tenerle miedo a Dios, por tanto, nuestra adoración no es para aplacar su ira, mas a sumisión consciente y pacífica de la criatura a su Criador. Si lo adoramos, es porque lo amamos. Tampoco lo adoramos exteriormente, con pompas y oropeles, sino con el corazón, en el sentimiento.

En la Ley de Destrucción aprendemos que, al morir, apenas el involucro material perece. El espíritu escapa de la capsula y levanta su vuelo hacia a espiritualidad. ¿Quien podrá entender mejor que los espíritas las palabras de Paulo de Tarso: "Se siembra el cuerpo animal y nace el cuerpo espiritual"?

En la Ley del Trabajo se ve la sentencia sabia: el limite del trabajo es el de las fuerzas del hombre. Aquel que no puede sustentarse debe ser cuidado por la sociedad. La falta de trabajo es flagelo. Sí, es un flagelo talvez superado, solamente, peor l egoísmo de la humanidad.

En la Ley de Igualdad, queda demostrado que Dios no creó las clases sociales. Todos somos iguales delante de Dios, y Kardec eleva la mujer a su verdadera condición. Hombres y mujeres tienen los mismos derechos, pero deberes, o funciones, diferentes. Aunque para algunos parezcan modestas las funciones, hace ciento cincuenta años era esa una posición avanzadísima. Las Leyes Morales prohíben el aborto, la eutanasia, la esclavitud, el dominio del hombre sobre la mujer, y llama la atención de padres y educadores hacia la necesidad de la educación moral, formadora de buenos hábitos, y no apenas la instrucción.

Mas, nos deleitamos con la Ley de Justicia, Amor y Caridad, donde los espíritus afirman que el primer derecho del hombre es vivir. Para nosotros es un himno de amor, un grito de alerta, aun antes de la existencia de entidades que defienden los derechos humanos. el derecho de vivir comprende la dignidad de la vida. El Libro de los Espíritus afirma que nadie puede atentar contra la vida de otro. Es fácil comprender que no se trata de un atentado con arma o con agresión, mas también atentar contra la vida de otro con la mala distribución de la renta y de los bienes de la Tierra, con la justicia morosa y, a veces, inmoral en relación a los débiles y oprimidos.

La Doctrina Espírita es viril, valiente, revolucionaria. A nuestro modo de ver, yerran aquellos que predican una doctrina de sumisión, diciendo que los que sufren, hoy, gozaron y abusaron antes. Es esa sociedad injusta y opresora que fabrica las "cancelarías", las masacres de presos, las revueltas de la FEBEM, las torturas, las dictaduras y los crímenes bárbaros.

No predicamos la violencia, mas el valor de decir a quien yerra que él es responsable por las consecuencias de sus acciones. El valor de mostrar la hipocresía de los que desvirtúan un mandato otorgado por el pueblo, para ejercerlo en favor del pueblo, y no de sí mismos o de su corporativismo.

Creemos que ya es hora de los espíritas perfeccionar su asistencia social, que es importante, con cambios sociales. Vivir no puede ser una concesión de los más fuertes, sino un derecho natural. Hacer a los otros o que queremos que nos sea hecha es, aún más, una regla de oro para la humanidad.

(Tomado de: "Dirigente Espírita". Nº 59 - Mayo/Junio de 2000)

miércoles, 6 de abril de 2011

ALEJE A LOS MALOS ESPÍRITUS

Mucha gente tiene miedo sólo de pensar en los espíritus. ¿Qué decir entonces cuando se tratare de malos espíritus? Y, llevados por una supuesta y anticipada protección, utilizan inútiles y variados medios que, dicen, protegen contra la influencia de ellos. Con ese propósito de defenderse o alejar supuestas presencias de malos espíritus que les perjudiquen la vida o los negocios, se utilizan procesos vulgares que a nada llevan.

Esas prácticas reciben el nombre de ofrendas, exorcismos, etc. y son absolutamente inútiles, desgastantes, improductivas e innecesarias.

Antes de todo, es preciso que se repita que los espíritus son los seres humanos antes y después de la existencia en la Tierra. Por tanto, también somos espíritus. Tras la muerte del cuerpo, habitaremos el mundo de los espíritus, con nuestras virtudes, defectos y conquistas morales e intelectuales.

Podemos afirmar como principio general que los malos espíritus aparecen o se entrometen donde alguna cosa los atrae. ¿Y qué los atrae? Es simple. En primer lugar, las imperfecciones morales; en segundo lugar la demasiada confianza con que son acogidas sus palabras o sugestiones, aunque intuitivas.

Las imperfecciones morales son la envidia, la maledicencia, la avaricia, el egoísmo, los celos, la codicia, la intolerancia, la irritación, la impaciencia y otros males. Por tanto para que ellos no sean atraídos, basta sustituir aquellos sentimientos por la paz, por la concordia, por el entendimiento, por la paciencia, por la calma, por el amor al prójimo...

Todos aquellos que cultiven virtudes y procuren corregirse de las propias imperfecciones morales estarán construyendo legítima defensa contra el ataque o intromisión de espíritus engañadores, inconvenientes o causadores de perturbaciones.

Y en el caso de que usted participe de intercambio mediúmnico (que no es exclusivo del Espiritismo), la ponderación y la reserva con analice y acepte las comunicaciones es otro instrumento de defensa contra los malos espíritus. Eso significa someter todas las comunicaciones y supuestas orientaciones advenidas de los espíritus, a través de los médiums, a los criterios de la lógica, del buen sentido y del bien común.

Actuando así, pronto, estarán apartados los malos espíritus, que pierden el acceso.
No hay misterios. Donde el amor brota espontáneo, donde la fraternidad está presente, donde el esfuerzo por el bien comparece, los malos espíritus pierden acceso y medios de entrometerse. Pero donde la tónica es el desrespeto, la desconfianza, la malicia, ahí están ellos, en abundancia.

Por tanto, todo depende de uno mismo. Nadie es perjudicado sino porque permitió ser perjudicado por la conducta propia. Quien está y se esfuerza en el bien, ya, por sí mismo, se está protegiendo. ¡Es simple!

Por tanto, haga de su hogar un lugar protegido: aleje los malos espíritus.
¿Como? ¡Con el esfuerzo de la conducta digna y recta! A comenzar en el ambiente familiar. Ello atraerá los buenos espíritus.

Orson Peter Carrara
http://www.espirito.org.br/portal/artigos/orson/afaste-os-maus-espiritos.html

PRÁCTCAS EXTRAÑAS EN LOS CENTROS ESPÍRITAS

El Espiritismo es la Doctrina de los Espíritus dirigida a los hombres y codificada por Allan Kardec, que se encuentra expresada en las cinco obras fundamentales, también conocidas como obras básicas: El Libro de los Espíritus, El Libro de los Médiums, El Evangelio según el Espiritismo, El Cielo y el Infierno y La Génesis.

Movimiento Espírita es el resultado de la labor de los hombres en pro de la divulgación del Espiritismo.

Se deduce entonces con facilidad, que el Movimiento ha de estar consubstanciado en la Doctrina Espírita, pues es en razón de esta que aquel existe.

Como célula esencial del Movimiento espírita, encontramos el Centro Espírita, institución con funciones bien definidas y, por tanto, totalmente vinculada a los fundamentos doctrinarios, junto a la cual se congregan los adeptos del Espiritismo para integrarse al espíritu de la Doctrina, promoviendo la profundización intelectual en el contenido de la información espírita de modo a poder corporificarla conscientemente en su comportamiento moral y social, en la jornada diaria.

Sin embargo, el Movimiento Espírita crece y se propaga, pero la Doctrina Espírita permanece ignorada, cuando no adulterada en muchos de sus postulados. Esto se da, como resultado de aquellos que asumen responsabilidades directivas, sin los necesarios recursos culturales y doctrinarios indispensables, por negligencia o hasta por omisión de muchos de sus miembros. O por cuenta propia, lo que licencia la vigencia en varios núcleos espiritistas de prácticas extrañas y ajenas a los objetivos y proposiciones del Espiritismo y de las Casas Espíritas, dentro las cuales citamos: la CROMOTERAPIA, la PSICOTERAPIA, la MUSICOTERAPIA, la HIDROTERAPIA, la CRISTALTERAPIA, la FITOTERAPIA, REIKIS. etc.

No entramos en el mérito de la eficiencia y bases científicas de tales terapias, algunas de las cuales vienen luchando por un reconocimiento académico, profesional y social. Pero, injertarlas en las instituciones espíritas como si fuesen prácticas espíritas es medida de alto riesgo que no considera la grandeza no dimensional del Espiritismo al querer reducirlo a la estrechez de puntos de vista personales.

Cuando se desee trabajar con CROMOTERAPIA, MUSICOTERAPIA o cualquiera otra, que se haga dentro de los moldes legales, pagando los impuestos, disputando con lealtad y abiertamente los pacientes interesados en el mercado profesional, pero, sin envolver las Casas Espíritas, utilizando sus dependencias, instalaciones, recursos financieros de la contribución de los asociados para la conservación de la casa, desviando los intereses de aquellos corazones que allí van en busca de lo que la Doctrina Espírita, y tan solamente ella, les puede ofrecer.

El Espiritismo es Doctrina de educación integral, de higiene mental y moral. Es el retomada de las enseñanzas de Jesús y de tantos otros grandes Maestros, al atormentado hombre del siglo ciclópeo de la tecnología, a través de sus emisarios, renovando la Tierra y multiplicando la esperanza y la paz en las mentes y en los corazones que permanezcan fieles a sus postulados.

La Casa Espírita es bendita escuela de almas, aprendiendo a vivir.

El Espiritismo tiene por objetivo el crecimiento moral del Hombre.

La Casa Espírita es un faro de esperanzas en la inquietud de la noche de las aflicciones, por ofrecer la luz del consolador Conocimiento Espiritual.

Tomado del Jornal Mundo Espírita de Marzo de 2001

lunes, 4 de abril de 2011

LA FE DE ALLAN KARDEC

Allan Kardec fue un hombre de fe.

Abandonó, a los 51 años, un tipo de vida para entregarse, sin reservas, a lo que consideró la obra de su vida: la codificación y la fundación del Espiritismo.

Quiso inaugurar un nuevo tipo de ejercicio de la fe: "Fe inquebrantable sólo es la que puede encarar frente a frente a la razón, en todas las épocas de la humanidad", sentenció al abrir su libro El Evangelio según el Espiritismo, que después de todo, trata de la fe.

En el capítulo XIX – la fe transporta montañas - afirma "La fe necesita de una base, que es la inteligencia perfecta de aquello en que se debe creer. y, para creer, no basta ver; es preciso, sobretodo, comprender (...) la fe razonada, por apoyarse en los hechos y en la lógica, ninguna oscuridad deja. La criatura entonces cree, porque tiene certeza, y nadie tiene certeza sino porque comprendió."

Analizando un trecho evangélico, en la abertura del capítulo, Allan Kardec pondera sobre el poder de la fe . "En el sentido propio, es cierto que la confianza en sus propias fuerzas torna al hombre capaz de ejecutar cosas materiales que no consigue hacer quien duda de sí.". y adelante: "En otra acepción, se entiende como fe la confianza que se tiene en la realización de una cosa, la certeza de alcanzar determinado fin. Ella da una especie de lucidez que permite que se vea, en pensamiento, la meta que se quiere alcanzar y los medios de llegar hasta allá, de suerte que aquel que la posee camina, por así decir, con absoluta seguridad. En uno como en el otro caso, puede ella dar lugar la que se ejecuten grandes cosas. Mas advierte " Cumple no confundir la fe con la presunción. La verdadera fe se conjuga a la humildad; aquel que la posee deposita más confianza en Dios que en sí propio, por saber que es simple instrumento de la voluntad divina, nada puede sin Dios".

Esa fe mixta, entre la creencia en Dios y la importancia de la razón es el desafío mayor que él mismo enfrentó. Hombre creyente, buscó en la ciencia, en la razón, el sustentáculo capaz de mantener la fidelidad a Dios y superar los límites de la fe ciega. Todavía, en el último parágrafo reproducido él cierra el círculo al minimizar el poder de la fe personal, todo sometiendo, , a la voluntad divina.

Sin desmerecer el poder divino, parece extremadamente limitado decir que "nada puede sin Dios". Tomado como verdad absoluta, torna el libre albedrío una fantasía. Tenemos que evolucionar en esa comprensión de la relación de Dios con la persona, enfatizando la abrangencia de la Ley, mas sabiendo que dentro de ella, el libre albedrío es soberano.

la fe de Kardec, por tanto, combina los factores espirituales, mas no queda a la espera de la acción divina para resolver los problemas. Refuerza el poder interior, la fuerza interior, que cada uno tiene y que precisa ser movilizada por la perspectiva de vida. Lo que falta es decisión y sobra pereza mental, espiritual y humana, y mucho.



(Traducido de un Editorial del periódico espírita "APERTURA")

LA CORRUPCIÓN CRECE Y CRECE

Sobre los Problemas Sociales y Políticos.

El panorama político ha tenido años de extraordinaria degradación. Las denuncias de corrupción política y gubernamental han sido prácticamente comprobadas, mostrando la faz no siempre tan oculta de los meandros políticos. Las Comisiones Políticas y Judiciales de Investigación (criminal o civil) se transbordan de escenas grotescas de culpables diciéndose inocentes, olvidados e intentando esquemas particulares en que se pudieran zafar. Y algunos lo consiguen y otros lo conseguirán.

Lo que resalta de ese maratón de maldades es el carácter humano, la improbidad personal de los que se creen expertos y capaces de desfalcar el dinero del pueblo en provecho propio o de proyectos de supremacía de sus partidos políticos.

La figura de los gobernantes fue debilitada y todos, en lo íntimo, creen que todos sabían de todas las males. No obstante, el próximo año todos se postularán para un nuevo mandato.

No sabemos si la desilusión de la disminuyente clase media que los llevó a la meseta será suficiente para derrotarlo.

Hay una impresión de lasitud, de desinterés por la cosa pública, culpa, según analistas, debido a la incapacidad de los partidos de oposición de agitar al pueblo, quedando todo en un marasmo y en un estado caliente, de desilusión y desesperanza.
Lo que sobresale es la práctica del mal.

En la pregunta 638, de El Libro de los Espíritus, analizando ponderaciones de Kardec, los Espíritus respondieran: "Aunque necesario, el mal no deja de ser el mal. Esa necesidad desaparece, entretanto, a medida que el alma se depura, pasando de una a otra existencia. Entonces, más culpable es el individuo cuando lo practica porque mejor lo comprende".

La pregunta 640 trae la interrogante: Aquel que no practica el mal, pero que se aprovecha del mal practicado, ¿es tan culpable cuanto éste?

—"Es como si lo hubiese practicado. Aprovechar el mal es participar de él. Tal vez no fuese capaz de practicarlo, pero desde que, habiéndose hecho, de él se saca partido, es que lo aprueba: es lo que habría practicado si pudiera, o se atreviera".

El Espiritismo es radical en la cuestión de los actos de las personas. Nadie es inocente y sea el mal desencadenado por uno y aprovechado por otros, es siempre mal.
En esas circunstancias, no hay disculpas para mandatarios del pueblo o miembros de partidos eventualmente en el poder, sea cual sea el partido, ahora, antes o después, de practicar el mal, robando, mintiendo, mal empleando los recursos públicos. Hasta la incompetencia es un mal porque, en ese caso, perjudica a millones.

Algunas veces hasta se han elegido mandatarios por corrupción. Todo se ve, envuelto en esquemas, en corrupción que canaliza los recursos para fines personales y partidarios.

Es preciso limpiar esa suciedad.


Editorial del pariódico 'Apertura' (Modificado por nuestra redacción con fines de generalidad.)

miércoles, 19 de enero de 2011

MERCADERES DE LA FE

Llamar a los misioneros, obispos y pastores de las iglesias pentecostales mercadores de la fe, no significa, explicitamente, que ellos practiquen fraudulentamente su ministerio religioso. Más bien, Identifica una fase de la sociedad moderna.

Son mercaderes, aun sin considerar cualquier sentido financiero, de compra y venta de artículos de la fe.
Nos referimos al hecho de que esas iglesias, consideradas fundamentalistas del protestantismo, nacidas en los Estados Unidos atienden la angustia del tiempo que vivimos.

Son mercadores en el sentido de que ofrecen a los creyentes un "kit" de facilidad para la felicidad aquí y ahora.
Nacen, viven y prosperan en la medida que la clientela que busca sus servicios se siente recompensada. Si eso exige generosas y explícitas contribuciones en dinero es otro cuento, porque las contribuciones son voluntarias y están dentro del esquema de "dar para recibir" beneficios.

En el confuso mercado de la fe, hay toda una transferencia de fieles.

La Iglesia Católica siente en la piel la desbandada de sus fieles en proporción que asusta al Vaticano. Brasil, considerado el mayor país católico y también el mayor país espírita del mundo, aunque con diferencias abismales, se va tornando un país pentecostal. Porque las denominaciones evangélicas tradicionales también sufren la reducción o por lo menos el estancamiento de su número de sus adeptos.

Algunos ven en esa movimentación de creyentes una revigorización de la fe y de las religiones.

Sin embargo, podemos encontrar en ese rebaño de creyentes pentecostales, no apenas la búsqueda de la fe en términos tradicionales. Mas el desencanto de las poblaciones delante del sufrimiento y de la incapacidad de las religiones en general para explicar las anomalías de la existencia.

Las contradicciones del mundo y la creciente visión nihilista y materialista de la vida, generando tumultos emocionales y económicos, lleva las multitudes hacia la última posibilidad: la intervención divina.

Por eso, los mercadores de la fe apelan insistentemente por ese lado: si tienes fe, Dios te atenderá y multiplicarå tu haber, en los programas televisivos, los testimonios de los que, afortunadamente, fueran atendidos conforme encontraran a Jesús.
Porque en esa fe petencostal, la figura de Jesús, tal vez más que en la Iglesia Católica y de los cultos tradicionales protestantes, asume el papel total de Dios.

Jesús es Dios y él hará todo lo que usted le pida si tiene fe.

Embaladas por la posibilidad de tener la suerte en esa lotería divina, multitudes se comprimen abarrotando los templos cada vez mayores, contribuyendo generosamente para las financias divinas, esto es, de las iglesias pentecostales.

La contribución de los fieles a sus iglesias es tradicional y los protestantes adoptaron el diezmo. Pero las iglesias pentecostales, en verdad, extrapolan e invierten vigorosamente en el "marketing".

Ofrecen su paquete de facilidades, desde las grandes iglesias matrices hasta las iglesias personales de ese o de aquel misionero. Es un negocio entre las instituciones que afirman ser representantes de lo divino y la masa de creyentes, que no quiere dejar para el Más Allá la felicidad.

Quiere automóviles, progreso en los negocios, recuperación de la salud y de los amores deshechos. Y las iglesias pentecostales están a la disposición para quien tenga la fe capaz de mover montañas.

Qué resultará de eso no sabemos.


Editorial del Periódico ABERTURA, Brasil.

miércoles, 12 de enero de 2011

EGOISMO Y VICIOS

El vocablo vicio es muy amplio. El concepto o criterio social de vicio se caracteriza por la expresión de actitudes y comportamientos que presentan signos de degeneración del individuo en sí mismo y como parte de un grupo. Ciertos vicios pueden estar considerados en lo Códigos Penales y sujetos al dictado de las leyes.
Desde el punto de vista espírita la cuestión es más extensa. Según el "Libro de los Espíritus" (LE), de entre los vicios, el más radical es el del egoísmo. El asunto es tratado en las pregunta. 913 y siguientes de esa obra.
Parecería, a primera vista, que nos alejamos del problema concreto al considerar al egoísmo como raíz de todos los vicios. Pero es exactamente lo contrario.

Los problemas de los vicios más evidentes, como el alcoholismo, tabaquismo, toxico¬manía, han sido tratados de manera superficial, considerándose sólo los síntomas y los efectos.
Otros vicios no menos dañinos, tales como los que distorsionan la sexualidad, encade¬nando al individuo a actitudes mentales de intemperancia, descontrol e inhibiciones, reduciéndole el nivel vivencial, son catalogados como enfermedades de etiología desconocida.

El egoísmo tiene relación con todas esas expresiones del comportamiento que denotan toda una filosofía de vida, toda una estructura existencial. Por eso centralizamos el abordaje de la cuestión de los vicios en el egoísmo.

Examinemos la posición de Allan Kardec y de los Espíritus que colaboraron con él en la Codificación Espírita: En la pregunta 913 (LE), encontramos indicaciones bastante definidas al respecto, como por ejemplo: “Estudiad cada uno de los vicios y veréis que en el fondo de todos hay egoísmo. Por más que los combatáis, no llegaréis a extirparlos mientras no ataquéis el mal en su raíz, destruyendo la causa.”

En las preguntas. 914 y 915 (LE), se considera al egoísmo en dos situaciones relacionadas con el Espíritu: 1) El egoísmo se fundamenta en el sentimiento de interés personal y 2) el egoísmo es inherente a la especie humana. Por eso, el Codificador pregunta sobre la posibilidad de que pueda ser extirpado del corazón del ser humano y de que se constituya en un obstáculo para el reinado del bien absoluto en la Tierra.
Las respuestas a tales preocupaciones del Kardec, en los preguntas citadas y en los siguientes, nos proveen toda una filosofía de vida y una directriz de cómo la Humanidad se liberará de ese obstáculo.

Los Espíritus que colaboraron en la Codificación, atribuyen fundamentalmente a la edu¬cación el rol decisivo en la lucha contra el egoísmo. O sea, en el aprendizaje del individuo sobre las cosas espirituales y en la reforma de las instituciones humanas que mantienen y excitan el egoísmo.

En el desarrollo de ese proceso “los espíritus se despojan del egoísmo, así como también de otras impurezas”, lo cual nos llevará aun nuevo orden social “impelidos por los sentimientos mutuos de solidaridad. Entonces el fuerte será amparo y no el opresor del débil y no se verá ya a quienes falte lo indispensable. Será este el reino del bien, que los Espíritus (Nosotros) están encargados de preparar”.

Esta posición muestra la relación individuo-medio, como raíz de los vicios, porque el egoísmo es un defecto, una impureza, tanto individual como colectiva. Vemos así como desde su codificación, el Espiritismo comprendió esas relaciones e influencias recíprocas.

Según Fenelón (Preg. 917, LE): “El Espiritismo bien entendido, cuando se haya identi¬ficado con las costumbres y creencias, transformará los hábitos, usos y relaciones sociales. El egoísmo se asienta sobre la importancia de la personalidad. El Espiritismo adecuadamente comprendido, lo repito, hace que veamos las cosas desde tan alto que el sentimiento de la personalidad desaparece en cierto modo ante la inmensidad. Al destruir esa importancia de la personalidad, o al menos hacerla ver como lo que de verdad es, el Espiritismo necesariamente combate el egoísmo”.

Finalmente, de la lúcida apreciación que el Codificador hace, luego de la respuesta a la pregunta 917, conviene resaltar: “El Hombre anhela ser feliz y éste es un sentimiento natural. De ahí que trabaja sin pausa para mejorar su situación en el mundo; busca las causas de los males que le aquejan para ponerles remedio. Cuando llegue a entender bien que el egoísmo es una de esas causas, la que engendra el orgullo, la ambición, la concupiscencia, la envidia, el odio y los celos, que lo perturban a cada momento, que altera las relaciones sociales, provoca disensiones, mina la confianza y le obliga a mantenerse continuamente a la defensiva para con su vecino, que por último hace de un amigo un enemigo; cuando comprenda todo esto, repetimos, se dará cuenta también que el vicio del egoísmo es incompatible con su propia ventura e incluso con su propia seguridad”.

Esa posición del espiritismo en su libro básico es por sí misma tan significativa, que nos permitiría terminar aquí con las consideraciones sobre el problema del vicio, si no tuviéramos necesidad de aplicarlas de manera objetiva al comportamiento humano, cosa que más tarde intentaremos.

Jaci Regis (Retirado de Espirit Net)

CEREBRO Y ESPÍRITU

(Artículo en el Jornal Espírita de Jaci Régis - Junio de 2000)

Mientras la ciencia procura encontrar en los mecanismos cerebrales la sede de todas las capacidades afectivas y cognitivas del ser humano, el Espiritismo postula la ascendencia del ser espiritual como sujeto de la vida.

El descubrimiento de centros cerebrales que responden a estímulos específicos, como por ejemplo, la toma de decisiones, asusta a los científicos que se preocupan con la posibilidad de, en el futuro, sean desarrollados mecanismos capaces de manipular la capacidad de juicio de las personas, mediante la intervención en los centros del supuesto comando de la voluntad del ser humano.

La profunda correlación entre el Espíritu y los centros cerebrales es fundamental para que pueda existir la relación existencial. Todavía, aún con las experiencias e investigaciones realizadas y notificadas, incluyendo el proyecto genoma que mapeo el complexo genético del cuerpo, muchos pesquisidores llegan a la conclusión de que ”algo” fuera del cosmos cerebral comanda sus funciones.

Aunque la pesquisa se realice dentro de la visión que reduce al ser humano a un organismo vivo, queda claro que la existencia de núcleos específicos para determinadas funciones, lleva a la cuestión de cómo es hecha la coordinación de las respuestas e iniciativas comportamentales.

El descubrimiento de los neurotransmisores, revolucionando la comprensión sobre el funcionamiento de los impulsos cerebrales, abrió una nueva vía de estudio del comportamiento. Se le atribuye, empíricamente, que muchos comportamientos serían determinados debido al aumento o reducción de esas substancias que ejercen innegable influencia en las reacciones humanas.

En todos esos casos, permanece el problema de quien o el qué desencadena la respuesta y porque esa respuesta es típicamente personal, creando un vacío sobre la naturaleza de la personalidad humana y la motivación profunda de las decisiones, miedos y estados mentales diferenciados.

La tentativa de cualificar genéticamente los disturbios mentales más profundos, como la esquizofrenia y procurar circunscribir desvíos de comportamiento a azares genéticos, como el alcoholismo y el homosexualismo, siguen la lógica resultante del hecho de que siendo el ser humano apenas un organismo, su comportamiento deberá necesariamente depender de la combinación aleatorias de los genes y factores circunstanciales en la estructuración corporal.

Esa lógica, por fin, llevaría a afirmar que el carácter, la personalidad son formadas aleatoriamente, al acaso y, consecuentemente nadie podría a rigor ser responsabilizado por comportamientos anti-sociales o agresivos, violentos, una vez que serían los factores genéticos los que realmente determinarían las acciones de las personas.

El comportamiento humano es complejo y las pesquisas que lo reducen a reflejos condicionados, a acondicionamientos operantes y ejercicios de estímulo y respuestas no consiguen, como es obvio, resolver el modo como cada persona se posiciona y como reacciona tan específicamente a las condiciones del ambiente y de las presiones existenciales y afectivas.

La coordinación, ese “algo” más allá del cosmos cerebral detectado por los pesquisidores más atentos, es ciertamente el Espíritu, un ser espiritual independiente del cuerpo, como enseña la doctrina y no un substrato psíquico desconocido que, en la visión materialista, se reduce al mismo organismo.

Para nosotros, los espíritas, ese ser espiritual yuxtapuesto al organismo y de éste se utilizando para su compleja expresión de voluntad y percepción del mundo externo, desenvuelve una estrategia de vida muy individual aunque necesariamente ligado solidariamente al medio ambiente familiar, social, humano.

ESPIRITU y MATERIA

Esas pesquisas y revelaciones imponen una renovación en el modo de pensar espírita acerca de la relación cuerpo y Espíritu. Las expresiones místicas que presentan el Espíritu y su organismo de forma más o menos peyorativa precisan ser revisadas.

Expresiones como el Espíritu es todo, el cuerpo es nada, precisan ser revisadas porque se encuadran en la visión de la vida corpórea como un exilio y colocan al alma en contraposición al organismo. En verdad cuando se dice que “el Espíritu se sirve del cuerpo” no podemos pensar uno separado del otro, como si uno fuese el conductor y el otro mero vehículo..

En la encarnación, el organismo no representa en sí mismo, un obstáculo a la manifestación del alma, como se deduce de muchas expresiones espíritas, sino que está asociado al flujo de la voluntad y del pensamiento del ser, en su relación con el mundo externo.

Sin duda el Espíritu no depende del cuerpo, porque es un ser delimitado, expresivo y uno. Mas en la encarnación y en la llamada vida errante, más apropiadamente designada de vida extra-física, el ser espiritual se liga necesariamente a organismos sean os criados en el proceso reproductivo humano, sea en la constitución de cuerpos de materia extra-física, el psicosoma o periespíritu, creados a la imagen del cuerpo físico y mantenidos por el pensamiento continuo.

Durante la encarnación, aunque mantiene su identidad espiritual, el ser humano es una relación unívoca, entre el ser espiritual y el ser físico, constituyendo una unidad compleja de relación vibracional.

Aunque no se tenga una idea clara de como se da la relación mente espiritual y cerebro, es fuera de duda que la interrelación Espíritu y cuerpo se procesa en las circunvoluciones y mecanismos cerebrales.

La psicósfera personal es, así, la expresión básica de esa interrelación por proyectar combinaciones físico y psíquicas, integrando el sistema celular con las vibraciones de la mente espiritual y del cerebro.

Al estudiar las funciones cerebrales con instrumentos cada vez más precisos, la ciencia está, a mi modo de ver, descubriendo la inmensa capacidad del Espíritu a través de la maravillosa composición de la estructura cerebral adecuada a nuestro potencial de inteligencia y sentimiento.

CIENCIA ESPÍRITA

Hemos incluido el siguiente artículo por considerarlo de vital importancia en las presentes consideraciones en el movimiento espírita sobre qué es el Espiritismo, si filosofía, ciencia, o no se sabe qué cosa.

El señor Alcides, hace la interesante y obligada pregunta al GEAE, presentamos este tema con el mayor respeto y consideración para todos. (La administración del Blog.)


"Me gustaría saber la opinión del GEAE sobre un tema relacionado a la Ciencia Espírita. He leído muchas materias (de fuentes diversas) en las que los autores tratan el asunto ya diciendo que el Espiritismo es una ciencia, ya diciendo que tiene aspecto científicos muchas veces en el mismo texto o contexto.

"Veamos de los ejemplos, uno se encuentra en el brillante trabajo de Alexandre F. de la Fonseca, "Curso de Ciencia y Espiritismo", en la aula 1 Introducción y Concepto de Ciencias:
"El diálogo sobre Ciencia y Espiritismo, que viene siendo presentado en partes en el Boletín del GEAE (N. de 476 a 482) nos llevó a una percepción de que aun entre científicos profesionales existen diferencias en sus opiniones y puntos de vista con relación a la cuestión sobre como la Ciencia se inserta y contribuye con el Espiritismo y viceversa, esto es, como el Espiritismo, en su aspecto científico se coloca delante de la Ciencia y de las varias ciencias." Loeffler, en la fantástica obra Fundamento de la Ciencia Espírita, afirma: “la Doctrina Espírita está compuesta de un triple aspecto, científico, filosófico y religioso” (Ed.Lachâtre20031
edición, pp.184).

"Aspecto significa "apariencia externa" lo que fuerza una paradoja con la definición de Kardec expuesta en la obra “Qué es Espiritismo”: "el Espiritismo es al mismo tempo una ciencia de observación y una doctrina filosófica. Como ciencia práctica, consiste en las relaciones que se pueden establecer con los Espíritus como filosofía, comprende todas las consecuencias morales que resultan de esas relaciones”. En el ESE, pronto en el capítulo I, ítem 5; "El Espiritismo es la ciencia nueva que viene a revelar a los hombres, por medio de pruebas irrefutables, la existencia y la naturaleza del mundo espiritual y sus relaciones con el mundo", y en otros pasajes de Kardec.

"Pienso que la cuestión es relevante en el universo editorial espírita, algo puede parecer ser pero no ser, puede no parecer, mas ser!

"Parece preciosísimo mas sabemos de la inmensa influencia que el lenguaje puede tener en el imaginario popular en función de la adopción sistemática (principalmente los legos) de determinados clichés que acaban imponiéndose por el uso y hasta tornarse la propia cosa (recordó Ludwig Wittgenstein).

"Lo anterior nos lleva a una situación interesante (y común en el seno del movimiento social espírita), que él, el Espiritismo, tendría "aspecto de todo" mas nada sería. ¿Qué acontecería entonces si personas que son referencia en el conocimiento, también adoptan una terminología sospechosa?

"¿Cuantos adeptos repiten el refrán “Ciencia, Filosofía y Religión”, aunque pocos o casi nadie pueda mostrar de donde obtuvo esta concepción a no ser del “alguien dijo” o “lo leí en algún sitio”. ¿Cómo entonces defender una enfoque crítico y con rigor epistémico, de algo que es tratado como siendo un aspecto?

"Perdonen desde ya mi presunción y la posible irrelevancia de mi duda, mas entendí que este grupo es el foro adecuado para exponer mi duda.

"Fraternalmente
Alcides "

BOLETÍN GEAE | AÑO 18 | NÚMERO 540 | 28 DE FEBRERO DE 2010

Estimad o Alcides,

Un hecho que generalmente se presenta al escritor espírita es que el Espiritismo lidia con muchas ideas que precisarían de palabras nuevas para ser mejor expresadas. la naturaleza del Espiritismo es una de ellas, no existe una palabra adecuada para designar algo que es al mismo tiempo una ciencia de observación y una doctrina filosófica. Mucho menos una palabra que traduzca o interprete el sentido de que ese conjunto de conocimientos tiene por finalidad la transformación moral. La falta de esta palabra posiblemente resulta de que este concepto es nuevo para la mentalidad occidental, que separó en campos distintos y a veces antagónicos el estudio experimental del mundo que nos rodea (ciencia), la reflexión sobre el mundo (filosofía) y la relación del ser humano con lo que transciende a este mundo (religión).

Es para suplir la falta de esta palabra que se recurre a las expresiones que cito y no me parece que su duda sea irrelevante. Además del rigor epistémico hay también la cuestión de la comunicación.

Vale la pena analizar la forma como expresamos las ideas para que podamos perfeccionarla e igualmente verificar si lo que estamos comunicando es realmente aquello que pretendíamos. Yo acostumbro usar estas expresiones y reconozco que no me había dado cuenta de las limitaciones resultantes de definir el Espiritismo por los diferentes aspectos que presenta a quien lo estudia.

Mucha Paz,
Carlos Iglesia