miércoles, 23 de junio de 2010

LA ERA DEL ESPÍRITU

Era = periodo largo que principia con un hecho sobresaliente que da origen a un nuevo orden de cosas. (era de la imprenta, de la radio, espacial). se establecen cambios importantes, necesidades y aspiraciones.
Cambios en la física: la materia pierde su sustancialidad y los componentes del universo pasan a ser energía e intención.
Las investigaciones buscan la conección entre la ciencia y la espiritualidad.
Se estudia el pase, el poder de la oración, se fotografía el aura, las personas con dedo verde, premoniciones, visiones, comunicación con espíritus, contactos con deidades o familiares muertos, recuerdos detallados de otras vidas, telepatía.
En fin, se abre la atmósfera de lo sobrenatural y se encaran hechos mas suti­les. La ciencia da cuenta de la existencia de campos organizadores y de una conciencia grabada en lo íntimo de las partículas que componen los átomos y los encamina hacia combinaciones y evolución.
Es la idea de san Agustín del espíritu inmanente. nada milagroso, nada sopla­do de afuera de repente, sino la inscripción, la programación mutable, dentro de ciertos límites, inscrita en el campo organizador de cada cosa. creciendo, perfeccio­nándose en su complejidad.
En occidente se observa: los fenómenos de Hydesville, su difusión en Europa, su estudio en 1869 por 36 miembros de la sociedad dialéctica de Londres. entre ellos Cromwell Varley, Russell Wallace y el premiado William Crookes.
A partir de ahí Allan Kardec realiza el primer estudio sistemático de la natura­leza y origen de los espíritus y los mecanismos de comunicación con nosotros. aplica el método científico al estudio de la mediumnidad.
Así el puente entre la espiritualidad y la ciencia va siendo construido. De un lado científicos abiertos a lo nuevo sin miedo de romper paradigmas establecidos y del otro religiosos y/o investigadores del espíritu capaces de entender que el conocimiento por la razón se debe sobreponerse a la fe-ciega.
O sea, caen los dogmas de los dos lados — ciencia y fe— y surge un cono­cimiento capaz de contemplar la integralidad del hombre, que va más allá de la materialidad y de conceptos imprecisos que atribuyen todo a un inconsciente muy ampliado que resbala hacia entidades sin identidad.
¿Por qué ahora esos conceptos del siglo XIX comienzan a ser aceptados? ¿Por qué también ahora los conceptos de la física cuántica, también del siglo XIX, se volvieron un paradigma?
— Porque hay entre ellos una estrecha relación de madurez.

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