sábado, 19 de octubre de 2013

ACTUALIZACIÓN SOCIOLÓGICA DEL ESPIRITISMO



Por el Espiritismo conocemos que cada nueva encarnación es un período de prueba, durante el cual debemos intentar la superación propia y ayudar a la de los demás.

Para ello entramos a vivir en un cuerpo y en condiciones ambientales apropiadas al desarrollo psicológico y moral que hemos alcanzado. Eso ocurre por la puesta en juego de la Ley de Causas y Efectos, en virtud de la cual la situación actual está influída por lo que se ha sido hasta la última desencarnación.

Tal cosa no supone que débitos que tengamos con leyes morales, nos lleven a pasar idénticas situaciones de sufrimiento que las que antes podamos haber infligido a otros, dado que el karma, como denominan otras escuelas, no está sujeto a la fatalidad. Se trata en cambio de algo que funciona de manera que las consecuencias pueden ser diferentes, ante factores causales igualitarios, puesto que en el devenir palingenésico, a semejanza de lo que sucede en la física cuántica por el principio de Heisenberg, reina la indeterminación.

El productor de tan valioso proceso es ni más ni menos que el Libre Albedrío, componente inseparable del espíritu a partir de su nacimiento, al que puede recurrir tanto cuando puebla el espacio como en ocasión de estar unido a un cuerpo.

Esa facultad o derecho para actuar como deseamos, nos hace a la vez responsables de lo que pasa en la vida comunitaria, por lo que cada uno decide, además de orientar su propia existencia, repercute sobre la de los otros hombres y mujeres. A veces pocos, en ocasiones muchos. Como así ha ocurrido siempre, con la presencia de grupos que supieron hacerse dueños del poder, utilizando sistemas para que una minoría de privilegiados ex la explote en todo orden a la mayoría de sus semejantes, la situación social que hoy impera en el mundo deriva en gran parte del curso e la historia, que hasta el momento está lejos de encontrarse ajustado a las Leyes Divinas.

De acuerdo a como marchan las cosas, si los espíritas nos actualizamos, lo haremos como se debe si incluimos el interés por la sociología y los beneficios que pueden derivarse de su buena utilización. De quedar eso sin atender, nuestro movimiento, no ha de prestar a la gente el mejor servicio a que está destinado.

En la actualidad nos encontramos detenidos, pues sigue imperando la idea de que, por el karma, cada uno ocupa el lugar que se merece, sin tener en cuenta que si dicho factor permite, por libre elección, pagar un mal ejerciendo un bien de valor equivalente, lo correcto es señalar que cada vez que regresamos a la vida terrenal, lo hacemos en condiciones que nos dan la oportunidad de poner en juego la corrección de defectos. Si lo primero fuese cierto, no tendrían porqué interesarnos los que sufren, dado que así pagarían más rápido sus deudas morales. La caridad en cualquiera de sus formas, sería entonces innecesaria y hasta inoportuna.

Como lo real es lo segundo, pero también resulta verdadero que en el intento se producen fracasos, hay seres que se apartan del plan con que llegaron a la vida y se inclinan por ocuparse de lo que les agrada, le da placeres y beneficios, en especial económicos, integrándose a una clase privilegiada. Si bien son los menos, acumulan riquezas y poder para manejar a los más, transformándolos en réprobos.

Frente a esta situación, el Espiritismo no puede seguir aplicando parcialmente a Kardec, ni continuar prestando oídos sordos a quienes interpretaron e interpretan de forma completa al Codificador. Compete que la doctrina sea puesta al día, para que deje de ser espectadora ante los errores sociológicos y entre a actuar con metodologías que enseñen al mundo como enmendarlos.

¿Qué corresponde hacer? ¿Qué contenido debe dársele al conocimiento para que además de ser científico, filosófico y moral, incluya también a la sociología?

Los siguientes párrafos ofrecen bases a la proposición final, definiendo puntos importantes a tener en cuenta y que aclaren confusiones, sean de desconocedores del Espiritismo o vengan desde asociados a sus instituciones.

Puede decirse que se hace sociología espírita cuando, en las sociedades rotuladas de igual modo, encarnados y desencarnados se ocupan de que todos conozcan bien las causas productoras de los severos males que sufre la vida planetaria de los seres humanos, para preparar métodos y gente que los utilice, en colaboración con otros saberes y en momentos oportunos, en búsqueda de la corrección de esas desviaciones negativas. Dicho quehacer debe tener profundidad, estar bien meditado desprovisto de apuro. Sus emisarios han ayudar a que desaparezcan los enfrentamientos, manejando ideas que estén muy lejos de las peleas físicas o verbales, promoviendo la instalación de una Revolución ideológica, en cuyo ejercicio se discutan y tomen determinaciones entre personas que se consideren y se sientan hermanas.

En cuanto al contenido, siguiendo los dictados de la Codificación, luego desarrollados y hechos más actuales por figuras de relieve como Manuel Porteiro, Humberto Mariotti, Manuel Navarro Murillo, Deolindo Amorim, José Herculano Pires, y Jon Azpúrua, entre otros, está compuesto en esencia por el Socialismo espiritualista o espiritualizado. Para evitar que el uso de esta terminología provoque falsas interpretaciones, conviene aclarar un poco la cuestión.

Hablar de socialismo no significa condecirse o estar de acuerdo con lo estipulado por el marxismo, comunismo o socialismo científico, denominación última creada por los creadores del materialismo dialéctico. Si tratásemos de volver a lo propuesto por ese sistema, nos colocaríamos en franca contradicción con nuestros principios básicos, puesto que Marx y Engels no aceptaban la existencia del espíritu, al asegurar que nada queda del ser humano después de la muerte, dado que el pensamiento es una especie de secreción de la materia, que brota como consecuencia de la producción y los bienes.

Como la burguesía, madre de la revolución tecnológica y del capitalismo liberal, lejos de conseguir que con ellos aumente en forma progresiva el número de seres humanos con bienestar económico, ha hecho que los pobres y desamparados sean los que se incrementen día a día, con depositarios del poder que no se ocupan de que la cuestión cambie, la posición espírita también está en desacuerdo con su postura.

La forma enunciada del socialismo es algo que como idea existe desde larguísimo tiempo antes de que se hablase de Espiritismo. Como otros componentes doctrinarios, ha sido adoptada por quienes la manejan para utilizarla de acuerdo con nuestros conceptos filosóficos y éticos, procurando el bien de todos. Eso no significa que tengamos la exclusividad de su empleo, ya que a veces como atisbo y otras con claridad, se la puede rescatar de diferentes manifestaciones en pro de la vida comunitaria adecuada.

Traducido lo anterior a otros términos, significa que para la construcción de la sociología futura, en la que el interés general prime sobre el de orden particular. Un recorrido por la historia permite obtener, de expresiones y metodologías ofrecidas al hombre desde tiempos inmemoriales hasta los de hoy, selecto material destinado a tal fin, relacionado con la concepción socialista. Basta para ello referir extractos de los “libros sagrados”, el decir y hacer de los enviados divinos, el contenido de filosofías como las de Sócatres, Aristóteles y Fromm, la teoría e intentos de Alexis Carrel, el ejemplo de Mahatma Ghandi y hasta lo rescatable de ciertos aspectos del marxismo y del capitalismo.

La marcha al compás del pensamiento socialista espiritualizado permitiría conseguir una sociedad libre, solidaria y con igualdad relativa, en la que la economía combine el capital privado con el colectivo, para que la producción se distribuya equitativamente, sin que se acumulen riquezas superfluas ni exista gente desprovista de lo imprescindible. Así se hará la verdadera caridad, que nada tiene que ver con la beneficencia.

El hecho de que el Espiritismo participe de un proceso tan trascendental obliga a que sus practicantes, además de aprender humanismo en las sociedades a la que concurren, proyecten dicho conocimiento hacia fuera de ellos, para que el mundo lo conozca y se creen las condiciones que favorezcan su puesta en práctica.

¿Cómo podremos conseguir esto? ¿Cómo lo haríamos a nivel particular y colectivo?

El hecho de que el Espiritismo participe de un proceso tan trascendental obliga a que sus practicantes, además de aprender humanismo en las sociedades a la que concurren, proyecten dicho conocimiento hacia fuera de ellos, para que el mundo lo conozca y se creen las condiciones que favorezcan su puesta en práctica.

Esto se conseguirá por medio de dos maneras de actuar, que tienen carácter complementario.

Por un lado, las personas adiestradas en sociología, si la situación se torna propicia, tomarán parte en actividades políticas, por supuesto integrando grupos con seres que compartan su posición.

Se trata de algo difícil, pero no imposible o utópico.

Por otro, las Organizaciones Espíritas solicitarán se les conecte a la UNESCO. Esa dependencia de la ONU, que está haciendo periódicas reuniones internacionales dedicadas a la ciencia en relación con la vida humana, los representantes de de nuestro movimiento tendrán la oportunidad de tratar interdisciplinariamente diversos temas, así como integrarse a agrupaciones que se destinarán a trabajos científicos transdisciplinarios.

La puesta en juego de los expresado ocasionará un beneficio general, porque el Espiritismo se ocupará de algo que no puede seguir relegado, mientras que las ciencias que ahora consideran al Universo y al Hombre como cosas individuales, tendrán la oportunidad de comprender lo que es el espíritu. De tal forma, cuando se generalice la aceptación de que en el cosmos existe un componente pensante además del físico, el manejo de la vida planetaria, se fundamentará en principios que darán lugar a que el Hombre entienda y vea las ventajas de abandonar el orgullo y el egoísmo, para adentrarse en el camino del respeto y amor al semejante.

Hacer sociología espírita supone entonces convivencia con quienes piensan diferente, sabiendo conseguir que de ambos lados se desestime en enfrentamiento. Reuniéndonos entonces por separado para preparar intentos de soluciones y juntándonos para discutir su validez, daremos lugar a una interacción que podrá en forma paulatina y segura, aunque sea con lentitud, ir consiguiendo el bienestar que en la actualidad prácticamente nadie disfruta en la Tierra. Así se hará realidad la revolución ideológica, cuya vivencia nos hará sentir ciudadanos del mundo, no preocupados por imponernos a los de otro color o nacionalidad, porque con el correr del tiempo todos nos consideraremos miembros de una sola familia, ubicados en distintas dependencias de una gran casa.

De acuerdo con las proposiciones de nuestras doctrinas, lo que tenga que ver con el manejo de la vida humana por las ciencias sociales ha de sufrir un cambio radical. !Basta de considerar que el Hombre posee tales características o sufre determinadas consecuencias como resultado de lo hecho en política, economía o jurisprudencia, considerando que eso es lo único que interesa a la sociología! Se trata de una verdad, pero correspondiente a lo teórico de un saber muy profundo y extenso.

A nosotros nos interesa que se ponga en juego la parte práctica (sociología aplicada), porque su buen manejo le hará conductora de los tres conocimientos ya mencionados. En función de ello, los que la ejerzan se encargarán de estudiar las necesidades de grupos humanos y las medidas a aplicar para su mejoría o desaparición. Estas últimas las transferirán a gobernantes, legisladores y economistas, quienes entonces podrán tomar decisiones bien fundamentadas.

Un repaso mental de lo dicho hasta ahora, aclara que el conocimiento de las significativas y variadas posibilidades con que cuenta el Espiritismo para intervenir en la redención social, desactualiza automáticamente ciertas afirmaciones falsas con que lo suele considerar, que dañan su imagen y hasta le interfieren en buen funcionamiento. Eso acontece con las expresiones de malos informados, que aseguran que los espíritas nos interesamos solamente por las cosas de ultratumba y ponen en tela de juicio los logros de la mediumnidad. También pasa lo mismo con la opinión de ciertos kardecistas, que se oponen a que se realicen reuniones dedicadas a la sociología. De ambas cosas nos olvidaremos si, pasado un poco más de tiempo, se avanza como corresponde en la puesta al día.

Antes de pasar a otro aspecto del tema, recapacítese sobre lo que dijo Kardec de la Aristocracia Intelecto-Moral y considérese que, un seguidor de la categoría de Humberto Mariotti, manifestó que el nuevo Espiritismo ha de contar con la Mediumnidad Social, a través de la cual se expresarán Espíritus muy elevados, para dar lugar a que se instale la espíritocracia.

Frente a lo anterior cabe preguntarse si la democracia, que es el mejor sistema político habido hasta el presente, deberá sufrir en adelante profundas modificaciones o ser reemplazada por otra metodología de gobierno. La respuesta vendrá cuando estemos bien adentrados en la sociología aplicada. Pretender darla enseguida hace correr el riesgo de que sea prejuiciosa o antojadiza. Lo que importa es ponernos ya a crear condiciones para que en el manejo de la sociedad de tiempos venideros, se utilicen paradigmas elaborados por mentalidades evidentemente superiores, inspiradas en las leyes divinas.

Después de las consideraciones precedentes, recordatorias de las medidas con que cuenta el Espiritismo para convertirse en participante de categoría en el trabajo destinado a encauzar correctamente la vida comunitaria humana, que los propios Hombres hemos colocado en situación lamentable, se harán proposiciones destinadas a que sepamos disponer las cosas de nuestro movimiento para que, sin continuar perdiendo el tiempo, transforme en realidades los actuales proyectos.

Hace falta actuar planificadamente…

Si se deja que las cosas evolucionen con espontaneidad, además de avanzar mucho más despacio, es seguro que se harán de manera distinta en unos lugares y en otros. También debe tenerse en cuenta las instituciones con dirigentes remisos a lo que se les proponga, para saber actuar sobre ellas. Finalmente si la Confederación entra a participar en reuniones internacionales, cuando tenga que enviar representantes a las mismas, no se ha de poner a buscarlos en el momento, sino que debe conocer con anticipación quienes serán y donde se hallan, dado que a veces podrá ser necesario someterlos a preparación, para recibir informaciones que les serán útiles en el momento de intervenir. Tal entrenamiento contará con la colaboración de desencarnados cada vez que se considere necesario.

Como lo insinúa el título, los espíritas deben volcarse a la sociología y el Espiritismo esparcirse por el mundo. Ambas cuestiones tienen, por lo menos dentro de a organización que convocó a esta Conferencia Regional, que contar con todo lo que haga falta para tomar cuerpo y hacer que los postulados provistos al respecto por parte del único conocimiento espiritualista que es científico, además de ser compartidos por todos los adeptos, sean llevados por sus mejores sociólogos a cotejarse con la opinión de otros saberes, para entre todos dar pábulo a la ecología social, nada más ni nada menos que al amparo de las asambleas que periódicamente patrocina la UNESCO, circunstancia la última por cuya efectivización se desvela el autor de lo que se está diciendo, quien en tal aspecto trata de continuar con lo que Mariotti pedía, casi como clamor, en el decenio final de su existencia.

No basta empero con la descripción de los medios con que se cuenta y de los resultados que de ellos se esperan. Para un encause humanístico de tales elementos, hay que hacer referencia a las actividades capaces de impulsarlos en ese sentido.

Los espiritistas actuaremos bien si disponemos nuestro material como corresponde. Quienes formamos parte de la CEPA haremos lo adecuado ocupándonos de revisar su estructura, para producirle agregados o cambios si es que hacen falta, con el propósito de que, en adelante, dicha organización sea líder en el avance sociológico doctrinario, tanto por lo que se realice en el seno de las agrupaciones que la componen, cuanto por lo que desde ella se irradie hacia su exterior.

A favor de lo enunciado, sin pretender que lo que se diga sea exclusivo o completo, van a continuación propuestas que intentan ayudar a que se tomen determinaciones como resultado de ese encuentro, en virtud de las cuales se pueden transformar las palabras en hechos, siempre refiriéndose al problema social. Esto es lo que se pide:

(1) Favorecer la llegada de información sociológica a todos los participantes de reuniones en sus sociedades afiliadas o adheridas a la CEPA.

(2) Conexión de la CEPA a la UNESCO y expansión mundial del Espiritismo.

FIN

Lo anterior es un extracto de una ponencia titulada: “Espíritas a la Sociología y Espiritistas al Mundo”, presentada por Néstor J. Massaro. en la XIV Conferencia Regional Espírita Panamericana – noviembre 2002.

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