Cuando
se combate la visión religiosa sobre el Espiritismo se deja siempre
la impresión de que se trata de una cuestión de preferencias
personales o de lectura pre conceptuoso sobre la historia de las
religiones.
Más, si se retira la expresión “pre conceptuosa” llegamos al núcleo de todo. La lectura histórica de las religiones es desastrosa. En todos los momentos de la humanidad la religión no hizo otra cosa que dividir, mitigar, humillar, aprisionar, reprimir, atrasar, retardar el avance de la humanidad.
Más, si se retira la expresión “pre conceptuosa” llegamos al núcleo de todo. La lectura histórica de las religiones es desastrosa. En todos los momentos de la humanidad la religión no hizo otra cosa que dividir, mitigar, humillar, aprisionar, reprimir, atrasar, retardar el avance de la humanidad.
Vale recordar que las religiones son creaciones humanas. Y absolutamente ninguno de los creadores de religiones eran espíritus puros, perfectos, superiores. No existen hombres superiores con autoridad bastante para afirmar que tal doctrina representa pensamiento de Dios sobre la Tierra. Ninguna religión, por tanto, absolutamente ninguna, posee autoridad divina. Y el agravante de ser creadas por seres imperfectos es que la imperfección no crea perfección.
La imperfección de las religiones tiene su foco principal cuando confrontadas con el espiritismo en su capacidad de colocar a los hombres unos contra los otros y de imponer condiciones de restricción de la capacidad critico-racional de sus seguidores. Peor aun cuando las religiones se inmiscuyen en la sociedad de forma de influencias en la cultura, en la convivencia social y en la política. Con ese aspecto, acaban influenciando en personas no seguidoras, causándoles constreñimientos o imponiendo resignación cívica. En Brasil toda cultura está volcada por la influencia católica, incluyendo la imposición de feriados religiosos por la idolatría de sus santos, al violar los derechos de los evangélicos, judíos, ateos, etc.
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En todos los sistemas donde la religión prevaleció, prevaleció también el atraso social e intelectual. Consecuentemente, por una ley natural traída por la Codificación Espirita, donde hay atraso intelectual existe evidente atraso moral. Eso destruye la falacia de que las religiones contribuyeron para el orden moral de forma decisiva. Si, hubo momentos históricos donde la imposición de la disciplina religiosa evitó maleficios de orden moral por un lado, más impusieron otros igualmente dañinos por otro. Y todo eso porque el papel de las religiones nunca fue de comprender a las divinidades sin satisfacer los puntos de vista de quien se arrogaba al derecho de representarla en la Tierra.
En todos los sistemas donde la religión prevaleció, prevaleció también el atraso social e intelectual. Consecuentemente, por una ley natural traída por la Codificación Espirita, donde hay atraso intelectual existe evidente atraso moral. Eso destruye la falacia de que las religiones contribuyeron para el orden moral de forma decisiva. Si, hubo momentos históricos donde la imposición de la disciplina religiosa evitó maleficios de orden moral por un lado, más impusieron otros igualmente dañinos por otro. Y todo eso porque el papel de las religiones nunca fue de comprender a las divinidades sin satisfacer los puntos de vista de quien se arrogaba al derecho de representarla en la Tierra.
El propio Jesús jamás creó una religión. Muy al contrario, se mantuvo en la religión de sus padres, siendo hasta coherente con sus enseñanzas de orden moral, más completamente apartado de la institución, al punto de hacerle severas críticas. Eso le valió persecución por los propios judíos.
No en tanto, es imposible hacer desaparecer la existencia de la religión en el pasado humano. Al contrario, la codificación vio en ella alguna importancia histórica. Más, la misma codificación no elige ninguna de las religiones. No establece a ninguna como racional o verdadera. Teje críticas también. Sin embargo, en la Ley de Adoración, comenzamos a entender realmente lo que viene a ser esa “religión” de que habla el Espiritismo. No se trata de una institución, de una estructura. La Ley de Adoración hace prevalecer la lógica del “pensamiento religioso”, de naturaleza esencialmente intima y personal. Eso no se niega y ni se puede negar. La codificación conceptual del pensamiento religioso o religiosidad en este paradigma es un movimiento del individuo en la comprensión de las leyes divinas y de los mecanismos que son regidos por Dios. Punto y se acabó. El espiritismo no es una religión y los espiritas pueden mantener un pensamiento religioso en su relación con Dios, en adoración absolutamente personal y reservada, salvando las excepciones colectivas para fines especiales. Eso no requiere estructura, ni institución.
Por otra parte, la codificación nos habla todo el tiempo de entendimiento intelectual y moral y practica evolucionaria. Más, ahora, ese mensaje cabe para toda la humanidad. Entonces, como repetimos siempre a lo largo de los tiempos, no hay como establecer el Espiritismo como una religión más, pues la visión histórica y cultural sobre las instituciones religiosas no agrega personas al contrario las separa, las estigmatiza. Bastan haber implicaciones de naturaleza religiosa en un discurso para uno u otro grupo repudiar de inmediato. Un “espiritismo religioso”, por ejemplo, sería repudiado en países islámicos o de influencia helénica, o eslava, u orientales.
Desligar al Espiritismo del concepto de religión tan falsamente impuesto por influencias roustainguistas y de autores idolatrados en Brasil pasa a ser una cuestión estratégica para la práctica del Bien. Si el espirita se siente confortable con las lecciones que aprende, debe, por deber de caridad para con el prójimo, propagar esas lecciones. Más, el terreno debe ser de neutralidad de las pasiones. Las religiones causan pasiones, o mismo consecuencias de ellas.
Un Espiritismo despejado del concepto religioso será capaz de motivar mentes especulativas e investigativas en su dirección. Eso incrementaría el poder científico de la Doctrina espirita, trayéndole pruebas de verdad con impactos inexorables sobre la sociedad humana. En verdad, las pruebas de los axiomas espiritas revolucionarían todo el concepto que los hombres poseen de su propia existencia, trazando implicaciones notorias sobre las relaciones sociales, sobre la política y sobre la economía.
En la practica, podemos decir que si el mínimo axioma fuera comprobado, pasaría a ser de interés formal de gobiernos el fomento a la pesquisa. O no.. No se puede olvidar que cualquier principio revolucionario atiende a intereses antagónicos. Más, sabemos que el cambio, cuando es colocado de forma verosímil y evolutiva, es inevitable.
Podemos aludir al impacto cultural que revelaciones espiritas debidamente comprobadas traerían para todos las estructuras de la sociedad mundial. Es muy posible que podría entrar en conflicto con el pensamiento antiguo. Más, no es posible una confrontación prolongada con hechos comprobados y científicos. No fue posible a la Iglesia Católica impedir la realidad de la Tierra redonda, por ejemplo.
En verdad, el Espiritismo trae un inmenso poder que yace oculto por la inacción de los espiritas. Podemos hasta mismo imaginar que la influencia católica sobre los espiritas no fue fruto de acaso y si un movimiento bien orquestado – y eficaz- de evitar esa revolución cultural, intelectual, moral sobre la humanidad. Es más una vez un sistema religioso institucional promoviendo el atraso, la estancamiento.
Cuando espiritas son cómplices en eso queda preocupación. No por establecerse campos de conflictos, más si por la percepción de que la más poderosa arma para el avance rápido de la humanidad queda enterrada y oxidada por quien cedió a su mayor enemigo. Y una relectura del proceso histórico, gobiernos influenciados por religiones también no podrían interesarse por la correcta divulgación de la doctrina Espirita. Nadie quiere revoluciones cuando la situación se adecua a sus intereses. Quien promueve revoluciones es quien no se satisface con esa adaptación. Deberían ser los espiritas los que promovieran esa revolución, tal como los primeros cristianos. Apenas no precisamos repetir sus errores y caer en los apelos del poder religioso. Durante 300 años los cristianos fueron poderosos y revolucionarios, hasta el momento en que se vieron en ese poder. De ahí fue creada la Iglesia Católica y todo se derrumbo. El sistema revolucionario fue substituido por un sistema represor y anti-revolucionario.
La responsabilidad del espirita siempre fue mayor de lo que en superficie se permite entrever. Ninguna revolución sirve para el propio individuo. Ella se extiende obligatoriamente por todos los que está alrededor. Considerando los avances posibles con el espiritismo, no promover esa revolución es falta de caridad para con toda la humanidad.
El espiritismo es ciencia y filosofía. El espírita se debe atener a estos terrenos de neutralidad. Estudiar, investigar, buscar la verdad, repudiar los falsos escritos de falsos espíritas, disciplinarse en la metodología, traducir todo eso en su practica moral cotidiana en la medida de su entendimiento – eso es hacer la revolución espirita.
Revolución espirita es un acto de caridad mundial. No tiene fronteras. Ni aquellas que son de las propias limitaciones personales.Por Randy. Es moderador de la comunidad “Yo soy Espirita – Espiritismo” del Orkut e idealizador del Núcleo Espirita de Filosofía y Ciencias Aplicada. NEFCA
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