El Espiritismo es la Doctrina de los Espíritus dirigida a los hombres y codificada por Allan Kardec, que se encuentra expresada en las cinco obras fundamentales, también conocidas como obras básicas: El Libro de los Espíritus, El Libro de los Médiums, El Evangelio según el Espiritismo, El Cielo y el Infierno y La Génesis.
Movimiento Espírita es el resultado de la labor de los hombres en pro de la divulgación del Espiritismo.
Se deduce entonces con facilidad, que el Movimiento ha de estar consubstanciado en la Doctrina Espírita, pues es en razón de esta que aquel existe.
Como célula esencial del Movimiento espírita, encontramos el Centro Espírita, institución con funciones bien definidas y, por tanto, totalmente vinculada a los fundamentos doctrinarios, junto a la cual se congregan los adeptos del Espiritismo para integrarse al espíritu de la Doctrina, promoviendo la profundización intelectual en el contenido de la información espírita de modo a poder corporificarla conscientemente en su comportamiento moral y social, en la jornada diaria.
Sin embargo, el Movimiento Espírita crece y se propaga, pero la Doctrina Espírita permanece ignorada, cuando no adulterada en muchos de sus postulados. Esto se da, como resultado de aquellos que asumen responsabilidades directivas, sin los necesarios recursos culturales y doctrinarios indispensables, por negligencia o hasta por omisión de muchos de sus miembros. O por cuenta propia, lo que licencia la vigencia en varios núcleos espiritistas de prácticas extrañas y ajenas a los objetivos y proposiciones del Espiritismo y de las Casas Espíritas, dentro las cuales citamos: la CROMOTERAPIA, la PSICOTERAPIA, la MUSICOTERAPIA, la HIDROTERAPIA, la CRISTALTERAPIA, la FITOTERAPIA, REIKIS. etc.
No entramos en el mérito de la eficiencia y bases científicas de tales terapias, algunas de las cuales vienen luchando por un reconocimiento académico, profesional y social. Pero, injertarlas en las instituciones espíritas como si fuesen prácticas espíritas es medida de alto riesgo que no considera la grandeza no dimensional del Espiritismo al querer reducirlo a la estrechez de puntos de vista personales.
Cuando se desee trabajar con CROMOTERAPIA, MUSICOTERAPIA o cualquiera otra, que se haga dentro de los moldes legales, pagando los impuestos, disputando con lealtad y abiertamente los pacientes interesados en el mercado profesional, pero, sin envolver las Casas Espíritas, utilizando sus dependencias, instalaciones, recursos financieros de la contribución de los asociados para la conservación de la casa, desviando los intereses de aquellos corazones que allí van en busca de lo que la Doctrina Espírita, y tan solamente ella, les puede ofrecer.
El Espiritismo es Doctrina de educación integral, de higiene mental y moral. Es el retomada de las enseñanzas de Jesús y de tantos otros grandes Maestros, al atormentado hombre del siglo ciclópeo de la tecnología, a través de sus emisarios, renovando la Tierra y multiplicando la esperanza y la paz en las mentes y en los corazones que permanezcan fieles a sus postulados.
La Casa Espírita es bendita escuela de almas, aprendiendo a vivir.
El Espiritismo tiene por objetivo el crecimiento moral del Hombre.
La Casa Espírita es un faro de esperanzas en la inquietud de la noche de las aflicciones, por ofrecer la luz del consolador Conocimiento Espiritual.
Tomado del Jornal Mundo Espírita de Marzo de 2001
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