miércoles, 6 de abril de 2011

ALEJE A LOS MALOS ESPÍRITUS

Mucha gente tiene miedo sólo de pensar en los espíritus. ¿Qué decir entonces cuando se tratare de malos espíritus? Y, llevados por una supuesta y anticipada protección, utilizan inútiles y variados medios que, dicen, protegen contra la influencia de ellos. Con ese propósito de defenderse o alejar supuestas presencias de malos espíritus que les perjudiquen la vida o los negocios, se utilizan procesos vulgares que a nada llevan.

Esas prácticas reciben el nombre de ofrendas, exorcismos, etc. y son absolutamente inútiles, desgastantes, improductivas e innecesarias.

Antes de todo, es preciso que se repita que los espíritus son los seres humanos antes y después de la existencia en la Tierra. Por tanto, también somos espíritus. Tras la muerte del cuerpo, habitaremos el mundo de los espíritus, con nuestras virtudes, defectos y conquistas morales e intelectuales.

Podemos afirmar como principio general que los malos espíritus aparecen o se entrometen donde alguna cosa los atrae. ¿Y qué los atrae? Es simple. En primer lugar, las imperfecciones morales; en segundo lugar la demasiada confianza con que son acogidas sus palabras o sugestiones, aunque intuitivas.

Las imperfecciones morales son la envidia, la maledicencia, la avaricia, el egoísmo, los celos, la codicia, la intolerancia, la irritación, la impaciencia y otros males. Por tanto para que ellos no sean atraídos, basta sustituir aquellos sentimientos por la paz, por la concordia, por el entendimiento, por la paciencia, por la calma, por el amor al prójimo...

Todos aquellos que cultiven virtudes y procuren corregirse de las propias imperfecciones morales estarán construyendo legítima defensa contra el ataque o intromisión de espíritus engañadores, inconvenientes o causadores de perturbaciones.

Y en el caso de que usted participe de intercambio mediúmnico (que no es exclusivo del Espiritismo), la ponderación y la reserva con analice y acepte las comunicaciones es otro instrumento de defensa contra los malos espíritus. Eso significa someter todas las comunicaciones y supuestas orientaciones advenidas de los espíritus, a través de los médiums, a los criterios de la lógica, del buen sentido y del bien común.

Actuando así, pronto, estarán apartados los malos espíritus, que pierden el acceso.
No hay misterios. Donde el amor brota espontáneo, donde la fraternidad está presente, donde el esfuerzo por el bien comparece, los malos espíritus pierden acceso y medios de entrometerse. Pero donde la tónica es el desrespeto, la desconfianza, la malicia, ahí están ellos, en abundancia.

Por tanto, todo depende de uno mismo. Nadie es perjudicado sino porque permitió ser perjudicado por la conducta propia. Quien está y se esfuerza en el bien, ya, por sí mismo, se está protegiendo. ¡Es simple!

Por tanto, haga de su hogar un lugar protegido: aleje los malos espíritus.
¿Como? ¡Con el esfuerzo de la conducta digna y recta! A comenzar en el ambiente familiar. Ello atraerá los buenos espíritus.

Orson Peter Carrara
http://www.espirito.org.br/portal/artigos/orson/afaste-os-maus-espiritos.html

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