La materia y la energía oscura no son el Fluido Universal
Por: Alexander Fontes de la Fonseca
Highland Park, New Jersey, EEUU.
Introducción:
El
conocimiento acerca del Universo sorprende la mente humana a cada nueva
descubierta. Con el advenimiento de modernos telescopios, como el Hubble, el
hombre escudriña la inmensidad buscando respuestas para interrogantes como el
surgimiento del Universo y de la Vida. El deseo de saber es muy antiguo,
conforme la historia demuestra y ambas, Religión y Ciencia, han procurado
desvelar los secretos del Universo. 
Actualmente, la
Ciencia posee un cierto status de detentora de la verdad, esto es, del
conocimiento considerado válido y correcto debido al desarrollo de los métodos
específicos de pesquisa, que generan confianza en los resultados y, también, a
los éxitos que ella obtuvo en todas las áreas del saber, especialmente, en
tecnología y salud. Por ello, las personas en general buscan en la ciencia las
explicaciones para todo lo que ocurre en sus vidas. Lo que ellas no perciben es
que la ciencia, en realidad, no es poseedora de la verdad absoluta y que,
muchas veces, lo que era tenido como cierto en una época es rechazado en otra.
Otro punto importante es  que 
por  detrás  de los 
grandes  descubrimientos  científicos  muchas cosas 
han sido  estudiadas, 
analizadas, confirmadas, debatidas, rechazadas, criticadas, y que solamente
tras muchas discusiones es que las nuevas teorías van surgiendo. Aún así, esas
nuevas teorías están sujetas a ser sustituidas por otras mejores en cualquier
momento. Esa es la rueda del progreso siguiendo adelante. 
Gracias  al  desenvolvimiento  de algunas 
teorías  de la  Física 
Moderna,  el  entendimiento  sobre  el Universo no es ya el
mismo del siglo anterior. En verdad, surgieron más dudas que certezas en
las  pesquisas  en  Astronomía y  Cosmología y 
por  eso  existen  varios  modelos 
teóricos  creados  y desarrollados por algunos científicos para
tratar de explicar los datos astronómicos. Tales modelos poseen algunas
interpretaciones curiosas, lo que ha llamado la atención de religiosos y
espiritualistas de diversos segmentos. Ello ocurre por causa de ese status que
la ciencia posee y porque se acredita que la conexión entre Ciencia y
Espiritualismo, en general, sea tan simple de hacerse cuanto las explicaciones
publicadas en  revistas 
de  divulgación  científica. 
De  modo  a que veamos como  las  cuestiones  de  orden  científico  son
complejas,  discutiremos  las 
interpretaciones  encontradas  en  algunos  artículos  espíritas  que 
relacionan  el Fluido Universal a dos objetos de estudio en Cosmología. 
Primeramente, 
vamos a  describir 
ambos objetos  que  poseen  las  siguientes  denominaciones: materia oscura y energía
oscura. 
Recientemente, los
astrónomos observaron que el movimiento de las galaxias no puede ser explicado
por la presencia de la materia visible alrededor de ellas. Las leyes de la
Gravitación, que rigen la interacción entre y el movimiento de los cuerpos
celestes no explican tales movimientos y la suposición de que existe una materia
no visible a los telescopios (por ello la denominación de materia oscura) ganó
fuerza entre los científicos, llegando al punto de formular  modelos 
teóricos  específicos  para las 
supuestas  partículas  que la componen. 
Más reciente aún es el
descubrimiento de que el Universo se ha expandido en una tasa mayor ahora que
hace millones de años atrás, sugiriendo que esté habiendo una aceleración en
esa expansión. Lo interesante, en ese caso, es que ese efecto de aumentar la
expansión no puede ser atribuido ni a la materia visible ni a la materia
oscura. Los científicos, entonces, propusieron la existencia de un tipo de
energía, bautizada como energía oscura. Ella sería altamente sutil y dispersa
por el Universo y, en conjunto, tendría el efecto de provocar la referida
expansión. Por causa de ser bastante rarefacta, los científicos la bautizaron,
también, de campo de quintaesencia. 
Esos dos objetos
astronómicos han sugerido a algunos espíritas el pensamiento de que se trata de
la materia fluídica, en el sentido que el Espiritismo enseña. En este artículo,
demostramos que ninguna de las dos puede ser considerada como el Fluido
Universal o como la materia fluídica que compone el plano espiritual. 
Nosotros nos
basamos en las 
propiedades  físicas  de ambos  y  en las  explicaciones  de los  Espíritus  en
cuanto  a las propiedades del Fluido Universal.  
Materia Oscura:
Recientemente, 
en la  revista  Reformador 
de  septiembre  de  2003,  fue  publicado  un 
artículo  sobre la materia oscura [1]. La autora cuestiona: ...
¿esa materia oscura no sería la materia cósmica universal?. (sexto párrafo de
la ref. [1], p. 15).  En fase a las razones que el estudio y análisis de
las propiedades físicas de la materia oscura nos presenta, adelantamos que la
respuesta para esa interrogante es negativa. 
Los 
físicos  llegaron a la conclusión de  que  para  que
la  materia  visible  en el  Universo  esté  en la configuración  observada  por los 
telescopios  las 
partículas  que componen  la  materia  oscura 
tiene  que  ser altamente masivas, esto es, su masa tiene que ser muy
grande, mucho mayor que la masa de las partículas que componen  la 
materia  usual:  los  protones 
y  neutrones.  Esas 
partículas,  bautizadas  de  simpzillas  y wimpzillas,
tiene que poseer tanta masa que una de ellas, la simpzilla, recientemente fue
descartada como posible partícula de materia oscura por no tener tanta masa así
[2]. Si las partículas que componen la materia  oscura 
precisan  ser  mucho  más  pesadas  que la 
materia común,  entonces  ellas  no  pueden
corresponder  al  Fluido 
Universal  que,  por  naturaleza,  es  el  elemento  material 
más  sutil  del  Universo. 
Veamos lo que dicen
los Espíritus en la cuestión número 29 de El Libro de los Espíritus [3]: 
29. ¿Es la ponderabilidad
un atributo esencial de la materia? 
- De la materia
como la entendéis, sí; pero no de la materia considerada como fluido universal.
La materia etérea y sutil que constituye ese fluido le es imponderable. No por
eso, entretanto, deja de ser el principio de vuestra materia pesada.
Vemos claramente que
el Fluido Universal tiene que ser un elemento más imponderable y sutil que  nuestra materia. De acuerdo con la
exposición arriba, la materia oscura es más pesada que nuestra materia no
pudiendo, por tanto, ser el Fluido Universal. Note que nada impide que la
materia oscura sea formada por la condensación del Fluido Universal de la misma
forma como toda la materia que conocemos. 
Energía Oscura:
En la revista
Reformador de Agosto y Septiembre de 2002, el Dr. Sergio Thiesen escribió un
artículo, en dos partes, sobre la energía oscura [4,5]. Él propone que esa
energía sea el Fluido Universal debido a que esta es muy rarefacta y, por
tanto, muy sutil, diferentemente de la materia oscura. A pesar de la lógica
estar  correcta  ya  que,  como  citado  arriba,
 el  Fluido  Universal  es extremadamente 
sutil,  otras propiedades físicas de la energía oscura no fueron
analizadas en contrapartida con las otras propiedades que los Espíritus dijeran
que el Fluido Universal debe satisfacer. Vamos transcribir la pregunta número
27 de El Libro de los Espíritus [3]: 
27. Hay entonces dos
elementos generales del Universo: la materia y el Espíritu?  
- Sí y por encima
de todo Dios, el creador, el padre de todas las cosas. Dios, espíritu y materia
constituyen el principio de todo lo que existe, la trinidad universal. Mas al
elemento material se tiene que juntar el fluido universal, que desempeña el
papel de intermediario entre el espíritu y la materia propiamente dicha, por
demás grosera para que el espíritu pueda ejercer acción sobre ella. Aunque ,
desde cierto punto de vista, sea lícito clasificarlo como elemento material,
este se distingue de aquel por propiedades especiales. Si el fluido universal
fuese positivamente materia, razón no habría para que el espíritu tampoco lo
fuese. Está colocado entre el Espíritu y la materia; es fluido, como la
materia, y susceptible, por sus innumerables combinaciones con esta y bajo la
acción del espíritu, de producir la infinita variedad de cosas de que apenas
conocéis una parte mínima. Ese fluido universal, o primitivo, o elemental,
siendo el agente de que el espíritu utiliza, es el principio sin el cual la
materia estaría en perpetuo estado de división y nunca adquiriría las
cualidades que la gravedad le da. (Grifos nuestros)
En la frase arriba
destacada vemos que una de las propiedades del Fluido Universal es evitar que
la materia esté en perpetuo estado de división. Conforme mencionamos en la
Introducción, el efecto de la energía oscura sería el de proporcionar una
aceleración en la expansión del Universo. Expansión es un efecto que hace que la
materia se aparte y, por eso, esté en un estado de división. Aún sabiendo que
ese efecto es relativamente pequeño y que tomó  millones de años para ser percibido, este constituye un comportamiento diferente de aquel que los Espíritus
dijeron que el Fluido Universal tiene, que es el de evitar ese tipo de
separación. Por esa razón la energía oscura todavía no sería el Fluido
Universal.
En un reciente artículo, de la Fonseca [6] propone que los cosmólogos 
espíritas  pesquisen y verifiquen la plausibilidad de la idea del Fluido
Universal corresponda al elemento (aún no ponderado) que anularía el efecto del
llamado vacío cuántico. Según los físicos [7], los efectos del vacío cuántico
serían responsables por hacer que el Universo se expandiese tan rápidamente que
estaría en un perpetuo estado de división y separación. Como el Universo no se
está expandiendo así, o la previsión del efecto del vacío cuántico está errada o
alguna cosa lo está anulando. Como el llamado efecto Casimir [8] es una
evidencia experimental de los efectos del vacío cuántico, entonces la hipótesis  de la existencia de algún elemento, disperso por el Universo, que anule ese efecto nos parece
ser razonable. Resaltamos que apenas un científico, actuante en el área en
cuestión, puede investigar la validez de esa hipótesis, pues es el único capaz
de Traducirla al lenguaje científico apropiado. Por tanto, la lógica de la idea
propuesta por de la Fonseca, solita, no es suficiente para decirnos que ella es
una comprobación científica para el Fluido Universal. 
Conclusión:
A partir  de
la  discusión  presentada
aquí  concluimos  que  ni  la  materia 
oscura  ni  la  energía oscura corresponden al Fluido Universal.
Ellas son sustancias. Hechas de esa materia elemental a través de múltiples
condensaciones y combinaciones a que ella está sujeta. Proponemos que los
físicos, que sean espíritas y que sean especialistas en esa área busquen
estudiar y verificar la hipótesis espírita en la solución de esos problemas de
orden cosmológico. 
Cabe mencionar que la
existencia de la materia y energía oscuras aún es controvertida. En el artículo
de la referencia [2], el autor cita una propuesta alternativa para explicar los
efectos en el movimiento de las galaxias visibles a los telescopios. Se propone
que las leyes de la Gravitación estén incompletas y que en ciertas regiones
del  Universo,  ellas  sean  diferentes.  Los 
defensores de esa  propuesta afirman  que  ello 
solucionaría el problema del movimiento de las galaxias sin necesidad de
la existencia de una materia oscura. 
Lo mismo ocurre con la
energía oscura. Existen propuestas alternativas para ella [6]. Por eso, es
importante que las personas que trabajan profesionalmente en Cosmología
verifiquen las hipótesis que formulamos. 
Así, reafirmamos un
alerta de que la reacción entre las cuestiones espíritas y la Ciencia debe ser
hecha con mucho cuidado, estudio y pesquisa. Imagine, por ejemplo, si en el
futuro fuere demostrado que la materia oscura realmente no existe. Cualquier
artículo que se haya basado en eso para defender alguna idea espírita caerá por
tierra. Eso puede perjudicar al proceso de divulgación del Espiritismo. con
relación a la publicación y divulgación de mensajes aislados de algunos
espíritus, Kardec dice (19º. Párrafo del ítem II de la Introducción del
Evangelio Según el Espiritismo [9]): Esa confirmación (por el consenso
universal) es que se precisa aguardar, antes de presentar un principio como
verdad absoluta, a menos se quiera ser acusado de liviandad o de credulidad
irreflexiva.. Ese cuidado vale, también, para las cuestiones de orden
científico.  
Al  contrario de lo que algunos piensan, el
Espiritismo no necesita ser actualizado bajo el punto de vista científico, como
bien aportaron las pesquisas de Chibeni y sus colaboradores [10-14]. Las tentativas de actualización mal hechas pueden llevar al Espiritismo al descrédito por parte de
aquellos que más entienden de Ciencia: los científicos. 
Referencias:
[1] S. C. Schubert, La materia oscura del Universo y las constantes universales (2003),
Reformador, Septiembre, p. 14. 
[2] R. Zorzetto, El lado oscuro del Universo (2003), Pesquisa FAPESP, 91, p. 56. 
[3] A. Kardec, El
Libro de los Espíritus, Editora FEB, 76a Ed., Río de Janeiro (1995). 
[4] S. Thiesen, La
Quintaesencia del Universo (1a Parte) (2002), Reformador, Agosto, p. 15.
[5] S. Thiesen, La
Quintaesencia do Universo (2a Parte) (2002), Reformador, Septiembre p.
11. 
[6] A. F. de la
Fonseca, El fluido universal y las teorías cosmológicas (2003),
Fidelidad Espírita, 14 p. 16. 
[7] L. M. Kraus, Cosmological
Antigravity (1999), Scientific American, Janeiro, p. 35. 
[8] G. J. Maclay, H.
Fearn y P. W. Milanni, Of some theoretical significance: implications of
the Casimir effects (2001), 
European Journal of
Physics, 22, p. 463. Para una revisión histórica del efecto Casimir el lector es
referido a: D. L. Andrews y  C. D. Romero,
Conceptualization of the Casimir effect (2001), European Journal of Physics,
22, p. 447.
[9] A. Kardec, El
Evangelio Según el Espiritismo, Editora FEB, 112a. Ed, Río de Janeiro
(1996). 
[10] S. S. Chibeni, La
Excelencia Metodológica del Espiritismo (1988), Reformador Noviembre,
p. 328 y Diciembre, p. 373. 
[11] S. S. Chibeni, Ciencia
Espírita (1991), Revista Internacional de Espiritismo Marzo , p.45. 
[12] S. S. Chibeni, El
paradigma espírita (1994), Reformador Junio, p. 176. 
[13] A. P. Chagas, ¿La
Ciencia confirma el Espiritismo? (1995), Reformador, Julio, p.208. 
[14] A. P. Chagas, las
pruebas científicas (1987), Reformador, Agosto, p.232.
ARTÍCULO PUBLICADO EN
LA REVISTA FIDELIDAD ESPÍRITA, DECIEMBRE DE 2003, PGS. 18-22