F = PN + CT + FF
Orson Peter Carrara
El
título de este artículo está expresado en una fórmula matemática. Y realmente lo
es. Como la matemática es algo genial, usada en todos los sectores y circunstancias
de la vida humana, focalizamos la expectativa de la especie humana en una
simple fórmula.
En
verdad puede ser considerada hasta como un perfecto derrotero de vida. No
siempre conseguimos vivirlo, mas el significado que el lector va a conocer a continuación
expresa la pura realidad de lo que más queremos y precisamos.
La
matemática está presente en todo. En la ingeniaría, en la grandeza del
universo, en las finanzas, en nuestra ordenación doméstica, en las grandes o
pequeñas cuestiones nacionales, en fin, no es preciso continuar, porque hasta
en este artículo estamos obligados a usarla para limitar el tamaño del presente
trabajo...
Que
tal, pues, si visualizamos bien la fórmula arriba y talvez hasta la decoremos
para uso diario. Talvez sea útil también colgar un pequeño papel en la puerta de
la nevera, en el volante del carro, en el espejo del baño, para pensar más
sobre ella y a utilizarlo como derrotero de Es simple, mas genial. El lector
debe estar curioso. Por eso, no nos alargaremos más:
A
la F la
podemos identificar como Felicidad. Todos quieren la felicidad, sea en la forma de paz
interior, sea en la forma de ausencia de preocupaciones o realización personal,
en cualquier área. Consideramos, no obstante, que sea imposible la felicidad
total sobre un planeta aún tan lleno de dificultades. Sin embargo, es posible
sí, una felicidad relativa, que nos permita vivir con alegría.
Pues
es la construcción diaria de la felicidad, aunque relativa y posible en este
mundo, es igual a PN + CT + FF,
donde PN
es posesión de lo necesario. La posesión de lo necesario nos libera de muchas ansiedades,
ambiciones, torturas otras tales como envidia y los celos, y nos permite vivir
con relativa tranquilidad. Consideremos la gran cantidad de personas que no
poseen lo necesario, y muchas veces nos quedamos debatiendo sobre cosas y cosas
que extrapolan lo necesario, que se tornan superfluas y motivos de preocupaciones y
hasta enfermedades.
El
segundo ítem, CT
significa conciencia tranquila. Aquí el lector puede concluir por sí mismo: quien
tiene la conciencia tranquila vive feliz, duerme sin pesarle la conciencia y
disfruta de esa felicidad posible. Ella significa no causar perjuicios o
dolores a quien quiera que sea.
¿Y
el tercer ítem de la fórmula? FF es la fe en el futuro. Sí, fe en el futuro. Quien
tiene fe, sabe que las situaciones y circunstancias contradictorias,
tumultuadas, aparentemente injustas, que causan sufrimiento y grandes
aflicciones son todas transitorias, van a pasar. Apegándose a la realidad de un
futuro concreto y feliz para todos, desde que tengamos conciencia tranquila y no nos desgastemos tanto
con la posesión de bienes que extrapolan lo necesario, estaremos usando la fe
en el futuro
(que está siendo construido con el comportamiento recto e idóneo del presente)
como punto de apoyo para superar los desafíos que la vida presenta. Considérese
que el apego a los bienes materiales es elemento determinante de grandes
torturas en el futuro, por eso se nota que las tres situaciones están
enteramente ligadas entre sí y la consciencia recta, honesta, impide que
perjudiquemos a terceros para la conquista de esos bienes transitorios, aunque
no se nos prohíbe adquirir bienes.
Por
tanto, sumemos las tres situaciones: posesión de lo necesario (desprendimiento), conciencia
tranquila (no
causar perjuicios a sí mismo y a terceros) y fe en el futuro (calma, prudencia,
tolerancia, confianza en la vida, determinación de los objetivos); concluiremos
que ellas reúnen las condiciones de la felicidad relativa que se puede alcanzar
en esta vida. Y pasamos a entender que nosotros mismos la podemos construir...
Y,
todo eso, la propia fórmula, está didácticamente en El Libro de los
Espíritus en
la preg. 922. Como siempre, genial! Está allá. Basta que lo descubramos para
pensar y reflexionar. Lo interesante también fue transformar la respuesta en
fórmula matemática, como nos fue presentada por el amigo Airton Pereira, en
magnífica palestra proferida en Matão.
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