Autor: JORGE HESSEN
(Traducido
por Merchita)
El proceso de envejecer demanda una atención especial en virtud de las modificaciones biológicas,
psicológicas y sociales, siendo necesario una mayor atención por parte de
la sociedad y formulación y efectivación de políticas públicas  volcadas
para el anciano. En muchas tradiciones  y civilizaciones, principalmente  las
orientales,  el anciano es visto con respeto y veneración, representando
una fuente de experiencia, del valioso saber acumulado a lo largo de los años,
de la prudencia  y de la reflexión, mientras en otras culturas el anciano
representa “el viejo”, “ultrapasado” y “ la falencia múltiple del potencial del
ser humano” – ¡es lamentable!
 ¿Por cuánto
tiempo es el respeto y la veneración por los ancianos? Toda la paciencia y
dedicación del mundo. La muestra de eso  es el ejemplo de la joven Huang
Li Hua, de 24 años, que se dedica a cargar literalmente  en las
propias costillas a su abuelo  Wan Zongsiu, de 88 años, todos los días
para su restaurante, librándola de la soledad. El camino es recorrido
diariamente en el sudeste de Chongqing, municipio de China. Huag  es
propietaria de un comida rápida, con todo funcionando bien, ella no se olvida
del abuelo, que en su infancia muchas veces  la acogió. Huang recuerda
que, cuando era  niña, el abuelo cuidaba de ella mientras sus padres
trabajaban en la labranza, ahora es la ocasión  de mostrar la nieta sus
cuidados con la señora Wan, su abuela. [1] Admirable comportamiento  de
la joven Huang, sin duda.
Reflexionando
sobre la cuestión de la vejez, propiamente dicha, creemos que debería ser
encarada  como bendecida por lo que contiene de gratificante, normalmente
por causa de las largas escaramuzas de las búsquedas y de las realizaciones.
Envejecer es un arte y una ciencia, si tratamos de rejuvenecer nuestra
alma. Hay ancianos que conquistaron la longevidad de forma sana y feliz, con
todo muchos están dejados en los asilos de la vida, amargando sus enfermedades  de
forma aislada. Hay los que aceptan su decrepitud sin protestar y sin exigir
nada de los otros; todavía igualmente  indiferentes no ofrecen nada a
nadie. Dicen que la edad avanzada es la noche de la Vida, entretanto,  la
noche puede ser bella, clara, toda ornamentada de estrellas y constelaciones,
luz lunar y claridad a esparcirse en una larga vida llena de virtud,
bondad y honra! El entendimiento espirita ve la edad avanzada  como el otoño
en el tiempo, fase normal, necesaria, imprescindible en la sucesión armónica de
los objetivos y funciones de la encarnación, envuelta, igual a todas las otras,
en los dones de la Naturaleza,  en las bendiciones de Dios.
El tiempo es
implacable y excelso transformador de destinos. Muchas veces no
comprendemos los secretos del tiempo que se desvanece ligero  en la vida
material. Hay aquellos que envejecen y poco realizan  en las
instancias del bien al prójimo. Hay, con todo,  aquellos que consolidan en
si una poderosa fe cristiana, practicando enteramente el amor al prójimo. Abrahán
Lincoln decía que no son los años  en su vida  lo que importan, más
si la vida en sus años. El pensador Alexis Carrel profería frase semejante,
diciendo que  lo importante no es  acrecentar años a su vida, más si,
más vida a sus años. El médico alemán Harry Benjamín endoso las ideas de
Lincoln y Carrel pronunciando: “no quiera acrecentar días a su vida, más si
vida a sus días.” Los años no pasaron en vano en la vida de David Livingston, escritor
de inolvidables cuentos literarios que lo proyectaron  en el Siglo XIX al
lado de dioses de la literatura mundial,  a ejemplo de Víctor Hugo. David
entonó los dulces canticos  del Mensaje de Jesús  para los nativos
sudafricanos. Renunció  a los apelos de la fama, abandono Escocia, su
tierra natal, y se juntó a aquellas almas sufridoras, nacidas en la más dura
dificultad material en África.
Bella fue la
vejez de Florence Nightingale, la ilustre “Dama de la Lampara”, ella que vistió
la túnica de la abnegación, apartándose de la convivencia del esplendor inglés,
a fin de adoptar, voluntariamente, la penosa empresa de socorrer a las víctimas
de la Guerra de Crimea, en el siglo XIX. Los años no pasaron en vano en los
proyectos de vida de Juan Henrique Dunant, que inspirado en las virtudes de la
fundadora de la primera escuela de enfermería de la Tierra, escribió el libro “Un
Souvenir de Solferino”, publicado en 1962, en el que surgiría la creación
de grupos nacionales de ayuda para apoyar a los heridos en situaciones de
guerra, y propuso la creación de una organización internacional que
permitiese mejorar las condiciones de vida y prestar auxilio a las víctimas de
la guerra. En 1863, Dunant fundó la Cruz Roja Internacional, reconocida,
al año siguiente, por la Convención de Ginebra.
Una de las
diez mujeres más importantes de los Estados Unidos, en el siglo XX, Hellen
Keller envejeció  con coraje y determinación robusta para vencer sus
limitaciones físicas, pues era sorda, muda y ciega de nacimiento. Con todo, un
día Keller consiguió hablar  y soltó el verbo como nadie. El vigor moral
hizo de ella una singular mujer, con gran proyección en el escenario del
mundo. En la decrepitud su verbo infundía al Hombre  la necesaria
reflexión sobre cuanto somos potencialmente ilimitados cuando amamos al prójimo.
Caminos idénticos pisoteado por Eartha María Magdalena Blanca. Por donde
andaba, los hambrientos, los afligidos y los desamparados, de todas las edades,
sentían su presencia compasiva y animadora. “. Fundó una Institución de amparo
al negro y fue una verdadera leyenda en el norte de Florida. Estados Unidos.
Los años no pasaron en vano en su vida, pues desencarnó en 1974, con 95 años de
edad, dejando un secreto inscrito  en una frase  para que viviéramos
el gran mensaje: “Hagan todo el bien que pudieran, de todos los modos, en todos
los lugares, a todas las personas, mientras pudieran.”
Antes de
cerrar, formularemos la siguiente reflexión: La edad corporal no siempre
corresponde a la edad espiritual, y viceversa. Un Espíritu muy
antiguo puede estar habitando un cuerpo nuevo, de la misma forma un Espíritu
joven puede estar animando un cuerpo envejecido. Sin embargo, eso no significa decir que la juventud o la vejez del Espíritu insinúen, decisivamente,
la falta del saber o el atraso de uno y la sabiduría y la evolución
de otro hasta porque “Dios creó [a los Espíritus] simples e ignorantes y a
todos concedió las mismas oportunidades no obstante las diferencias de las
misiones individuales, a fin de alcanzar la perfección por el conocimiento de
la verdad. “[2] De ahí proviene que, “Ante Dios existe la más absoluta
igualdad natural.  [entre los espíritus] “[3] , y que el desenvolvimiento
moral de cada uno es encargo de su competencia exclusiva (viejos o
jóvenes), una vez que el plano del Creador no admite excepciones, inmunidades
primacías  para cualquier criatura.
Referencias
bibliográficas:
1 Disponible en http://www.hypeness.com.br/2014/07/jovem-se-dedica-a-avo-carregando-a-todos-os-dias-para-o-trabalho-para-que-nao-que-sozinha/ acesso 05/11/2014
2 Kardec Allan. El Libro de los Espíritus, Río de Janeiro: Ed. FEB 20d00, perg.115
3 Ídem, pregunta 803
 
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