El astrofísico Carl Sagan (1) se enfrenta a la cuestión
de la pluralidad de planetas habitados sin problemas y con gran seriedad.
Oigamos su testimonio: “el descubrimiento de la existencia de microbios en
Marte era una cuestión extremadamente importante. ¿Estamos solos en el universo
o hay otros seres? ¿Existen microbios en otros mundos? ¿Y vida inteligente? No
hay fáciles respuestas, no basta posar una vez en Marte para saber si existen
por allá algunas criaturas verdes o no. ¿Cómo podríamos, hoy, concluir que no
hay vida en el resto del Universo si existen 400 billones de soles apenas en la
Vía Láctea , la galaxia donde está la Tierra, si hay por lo menos más de 100
billones de galaxias más allá de la nuestra? La química que produce la vida es
reproducida fácilmente por todo el cosmos. ¿Por qué seriamos tan privilegiados?
El universo es tres veces más viejo que la Tierra; deben existir, por tanto,
lugares en los que hubo más tiempo para la evolución biológica que en nuestro
planeta. Parece improbable que seamos los únicos seres inteligentes. Es
posible, mas es improbable.” (2)
En los EUA la NASA ha informado que hay una cúpula rica
en hielo polar con aproximadamente 1000 km en el planeta Marte. En esa línea de
descubrimientos, recientes análisis identificaron que el mar de la luna de
"Europa", en órbita alrededor de Júpiter, descubierto en 1610 por
Galileo Galilei, debe tener más oxigeno que los océanos de la Tierra, según
“Richard Greenberg, científico de la Universidad del Arizona.” (3) Ese
descubrimiento es una pista de que el satélite jupiteriano tiene el poder de
abrigar vida, como en la Tierra, aun mismo que sea apenas microbiana. La luna
Europa, que es aproximadamente el mismo tamaño que la Luna de la Tierra, tiene
un océano con cerca de 160 km de profundidad. Por lo que sabemos a partir de la
Tierra, donde hay agua existe la oportunidad de haber vida.
En el libro “Cartas de una Muerta” el Espíritu María
Juan de Dios, madre de Chico Xavier, describe aspectos interesantes y
sorprendentes sobre la vida en otros orbes. En “Nuevos Mensajes”, libro dictado
por el Espíritu Humberto de Campos, nos trae informaciones interesantes sobre
la vida marciana. Diversas imágenes nos fueron transmitidas, entretanto, en
ningún momento fueron encontrados cualquier indicio de vida orgánica, como la
tenemos en la Tierra. ¿Mientras tanto, a que dimensión de vida, se referían los
Espíritus Humberto Campos y María Juan de Dios en sus narrativas?
Muchas revelaciones demuestran contradicción “aparente”
sobre la vida en otros mundos, por eso, Kardec cautelosamente, al tratar la
vida humana “material” fuera de la Tierra, procuró no adentrarse en detalles,
siguiendo por el análisis de parcialidad moral de los habitantes de otros
orbes. El maestro de Lyón indagó a los Benefactores: “¿Los seres que habitan
los diferentes mundos tienen cuerpos semejantes a los nuestros? Los Mentores
explicaron: “Sin duda poseen cuerpo, porque es preciso que el Espíritu este
revestido de materia para actuar sobre la materia. Sin embargo, ese cuerpo es
más o menos material, de acuerdo con el grado de pureza a que llegaron los
Espíritus. y es eso lo que diferencia los mundos que deben recorrer; porque hay
muchas moradas en la casa del Padre y, por tanto, muchos grados.” (4) El
Codificador insiste en la indagación: ¿”Hay mundos en donde el Espíritu,
dejando de habitar un cuerpo material, tiene apenas como envoltorio el periespíritu?”
Los del Más Allá explicaron: Si, hay. En esos mundos hasta ese mismo envoltorio,
el periespíritu, se torna tan etéreo que para vosotros es como si no
existiese.”(5)
En verdad la Doctrina Espirita, en sus principios,
preconiza la pluralidad de los mundos habitados. En “El Libro de los Espíritus”
en el cap. III (La Creación, pregs. 55 a 58), deja claro esa posibilidad,
mostrando la importancia del asunto, bien como en otras obras de la
Codificación. “Dios pobló de seres vivos los mundos, concurriendo todos esos
seres para el objetivo final de la Providencia. Asegurar que solo los haya en
el planeta que habitamos sería dudar de la sabiduría de Dios, que no hace
ninguna cosa inútil. Cierto, a esos mundos El ha de haberle dado un destino más
serio que el de recrearnos la vista. Más allá, nada hay, ni en la posición, ni
en el volumen, ni en la constitución física de la Tierra, que pueda inducir a
la suposición de que ella goce del privilegio de ser habitada, con exclusión de
tantos millares de millones de mundos semejantes”.(6) Aprendamos con los
Espíritus que “hay mundos cuyas condiciones morales de sus habitantes son inferiores
a las de la Tierra; en otros, son de la misma categoría; hay mundos más o menos
superiores y, finalmente, hay aquellos en los cuales la vida es, por así
decirlo, toda espiritual.” (7) Más allá, hasta el mismo Sol, aunque no tenga
habitantes; “aún así, es local de reunión de espíritus superiores.”(8)
Desde las más remotas eras el Universo nos ha mostrado
sobre la posibilidad de existencia de vida fuera de la Tierra. El buen sentido
nos impone la certeza de que Dios no erguiría billones de cuerpos celestes
apenas para nuestro deleite visual nocturno. Emmanuel en el libro: “El Camino
de la Luz”, narra sobre un sistema planetario distante de la Tierra (cerca de
42 años luz), localizado en la Constelación del Cochero que, entre nosotros,
fue bautizado con el nombre de Cabra o Capella. Según el Benefactor, “hace
muchos milenios, uno de los orbes de Capella, que guarda muchas afinidades con
el globo terrestre, atendiera la culminación de uno de sus extraordinarios
ciclos evolutivos. Algunos millones de Espíritus rebeldes allá existían, en el
camino de la evolución general, dificultando la consolidación de las penosas
conquistas de aquellos pueblos llenos de piedad y virtudes, más una acción de
saneamiento general los alejaría de aquella humanidad, que hiciera justicia a
la concordia perpetua, para la edificación de sus elevados trabajos. Las
grandes comunidades espirituales, directoras del Cosmos, deliberan, entonces,
localizar aquellas entidades, que se tornaron pertinaces en el crimen, aquí en
la Tierra distante, donde aprenderían a realizar, en el dolor y en los trabajos
penosos de su ambiente, las grandes conquistas del corazón e impulsando
simultáneamente, el progreso de sus hermanos inferiores.” (9)
Se resalta, sin embargo, que, aunque moralmente muy
decaídos, aquella falange de exiliados mantuvo en su inconsciente todos los
progresos intelectuales y formaron de ese modo el grupo de los arias, la
civilización de Egipto, el pueblo de Israel y las castas de la India, creemos
que seres de otros sistemas planetarios, aun hoy, han reencarnado en la Tierra.
En la pregunta172, de El Libro de los Espíritus, Kardec preguntó: “¿Nuestras
diversas existencias corporales se verifican todas en la Tierra?” Los Espíritus
respondieron: No, las vivimos en diferentes mundos. Las que aquí pasamos no son
las primeras, ni las últimas; son, sin embargo, de las más materiales y de las
más distantes de la perfección.”(10) “De acuerdo con la enseñanza de los
Espíritus, de todos los globos que componen nuestro sistema planetario, “la Tierra
es donde los habitantes son menos avanzados, tanto física como moralmente. (11)
La Astrofísica demuestra que la materia de nuestro
planeta, tiene los mismos elementos químicos de los astros distantes. Las leyes
físicas de aquí son exactamente las mismas que rigen allá. No hay razón alguna
para afirmar o negar que la Tierra es el único planeta habitado del Universo. Porque
desde la eternidad Dios creó mundos materiales y seres espirituales, pues así
no fuese todos los mundos carecerían de finalidad.”(12)
Jorge Hessen
http://jorgehessen,net
http://jorgehessen,net
(Traducido por: Merchita
E-mail: merchitacruz@gmail.com)
Fuentes:
(1) Ex-director del Laboratorio de Estudios Planetarios
y profesor de astronomía en la Universidad de Cornell en Ithaca. Autor de obras
de divulgación científica, un gran éxito. Fue asesor científico de la NASA y
colaborar en programas de la Viking y Voyager sondas planetarias
(2) Disponible en http://veja.abril.com.br/especiais/35_anos/p_094.html
(3) Disponible en http://Space.com
(4) En la pregunta 181
(5) Kardec, Allan, El Libro de los Espíritus, Río de
Janeiro, Ed. febrero de 2000, número 186
(6) La misma pregunta 55
(7) Kardec, Allan, El Evangelio según el Espiritismo,
Río de Janeiro, Ed. febrero de 2001, tres artículos de Cap 03:04
(8) Kardec, Allan, El Libro de los Espíritus, Río de
Janeiro, Ed. febrero de 2000, las cuestiones de 172 a 188
(9) Xavier, Cándido Francisco. El Sendero de la Luz,
dictada por el espíritu Emmanuel, Río de Janeiro, 1999
(10) Kardec, Allan, El Libro de los Espíritus, Río de
Janeiro, Ed. febrero de 2000, número 172
(11) Ibid 188
(12) Kardec, Allan. Génesis, Río de Janeiro, Ed.
febrero, 2003, capítulo XI, párrafos 7-9
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