Jorge Hessen
Thylane
Lena Rose Blondeau, de 10 años de edad, hizo una producción fotográfica para la
revista Vogue de Paris, levantando polémica debido a la ropa usada, el
maquillaje y las posturas provocadoras. El ensayo fotográfico está causando
indignación en personas ligadas a las ONG de protección infantil. De acuerdo
con la organización “Mujeres Preocupadas por América,”, los padres de los niños
deben ser responsabilizados por haber permitido a la criatura realizar aquel
trabajo. “Esto es claramente explotación infantil y los progenitores debían ser
procesados judicialmente”, según Penny Nance, presidente de la Organización.
El mundo
ingenuo de los niños viene siendo explotado por la furia predadora del erotismo
irresponsable, habilitando a la inocencia y dignidad infantil. Como si no
bastase “el caso Thylane”, hay otras situaciones polémicas en la contienda, a
ejemplo de los cursos para niños de Pole Dancing (1), en México, y de funk “carioca”,
en Río de Janeiro. Muchas de ellas (criaturas y adolescentes) se han adherido
al ‘sexting’, enviando fotos sensuales a Internet. Son niñas y niños que buscan
los espacios virtuales en los sites de relacionamiento.
El eterno
“sexting” es originado de la unión de dos palabras en Inglés: “Sex” (sexo) y
“testing” (envió de mensajes). Para practicar el “sexting” criaturas y
adolescentes producen y envían fotos sensuales de sus cuerpos desnudos o
semidesnudos usando celulares, cámaras fotográficas, cuentas de e-mail, salas
de chat, comunicadores instantáneos y sites de relacionamiento. ¿Qué están
haciendo con la infancia y la juventud actual? Muchas criaturas y jóvenes no
tienen capacidad de crítica, no tienen noción del peligro a que están sujetos.
La infancia
es, sin duda, el periodo fértil para la absorción de valores de los más
variados. El relacionamiento entre padres e hijos debe ser basado en el amor,
capaz de suplir las deficiencias de ambos. Nuestra responsabilidad como padres,
educadores y participantes de la comunidad, de manera general, debe estar
volcada al buen empleo de esa facilidad de asimilación, para la edificación de
un mundo más perfecto.
El niño
es el mañana. Y, “con excepción de los espíritus misioneros, los hombres de
ahora serán los niños de mañana, en el proceso reencarnacionista”. (2) La
demanda de redención de los nuevos tiempos que llegan ha de comenzar en el alma
de la infancia, si no queremos divagar en los golpes teóricos de la fantasía
exacerbada. Precisamos percibir en el corazón infantil el esbozo de la próxima
generación, procurando ampararlo en todas las direcciones, pues, “la
orientación de la infancia es la profilaxis del futuro”. (3) por cuestión de
prudencia cristiana, no podemos permitir “que las criaturas participen de
reuniones o fiestas que les ensucien los sentimientos en ninguna oportunidad,
porque el niño sufre de manera profunda la influencia del medio”.(4)
Una
legítima educación es aquella en que los poderes espirituales rigen la vida
social. Antiguamente, la pureza de los niños era una inmensurable realidad. Sus
perspectivas no ultrapasaban los simples libros didácticos, un único humilde
cuaderno y juguetes baratos. Para reprenderlos y educarlos, algunas veces,
bastaba una mirada firme de los padres. Sin embargo, aquel imaginario infantil,
de quietud y sueño ingenuo, se desmoronó bajo el impacto de la era del
sensualismo, de la violencia, del materialismo.
En
nuestro análisis, concebimos que el mundo moda, la televisión e internet, al
invadir los hogares, potenciaron en los niños el despertar anticipado para una
realidad desnuda y cruel, lo que equivale a afirmar que ellos fueron arrancados
de su universo de fantasía y conducidos para la inversión de los valores
morales, estimulados, también, por la vanidad de los padres. Así, el periodo de
inocencia y tranquilidad infantil fue disminuyendo.
Cada vez
más temprano, y con mayor intensidad, las inquietudes de la adolescencia brotan
acrecentadas por los múltiples y desencontrados apelos de las revistas
obscenas, de la prensa electrónica, de las drogas, del consumismo
descontrolado, del mal gusto comportamental, de la vulgaridad exhibida y otras
tantas extravagancias, como reflejos obvios de padres que viven alineados,
estancados y desactualizados, enclaustrados en sus quehaceres diarios y que
nunca pueden permanecer al frente de la educación de los propios hijos.
¡Creemos,
y eso es nuestra esperanza!, que en el conjunto de provisiones de los
Benefactores Espirituales, del Espiritismo asumirá su espacio en la sociedad
moderna decididamente. Eso equivale a afianzar que ese arranque de sus
generales del Espiritismo permitirá preparar a la criatura actual para una
vivencia normal e incorruptible en el futuro, desde que los espiritas sean
cautelosos Jesús prosigue siendo el majestuoso y eterno modelo.
Estemos
atentos a la verdad de que educar no se resume apenas a las providencias de
abrigo y alimentación del cuerpo perecible. La educación, por definición, se
constituye en la base de la formación de una sociedad saludable. La tarea que
nos cumple realizar es la de la educación moral bajo las bendiciones de Dios.
En ese sentido, los postulados Espiritas son antídotos contra todos los
venenosos artimañas humanas, puesto que aquellos que los conocen tienen
conciencia de que no podrán eximirse de sus responsabilidades sociales,
sabiendo que el futuro es el resultado del presente. Mientras tanto, es urgente
que identifiquemos en el corazón infante-juvenil el esbozo de la futura
saludable generación.
Referencias
bibliográficas:
(1)
El
“pole dance” tiene sus raíces en la danza exótica, strip-tease y burlesco, y
tiene elementos de apelo sexual y subversión (2) Xavier, Francisco Cándido.
Colección del Más Allá, dictado por Espíritus Diversos, San Pablo: FEESP, 1945,
Cap. La Niñez y el Futuro, por el Espíritu Emmanuel (3) Vieira, Waldo. Conducta
Espírita, dictado por el espíritu André Luiz, Río de Janeiro: Ed FEB, 1997,
Cap. 21- Frente a la Infancia (4) ídem,
Traducido
por: Mercedes Cruz Reyes
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