María Aparecida Romano
¿El espíritu desencarnado sufre cuando su cuerpo es quemado? ¿Cuáles
son los motivos que están llevando a un número cada vez mayor de personas a
optar por la cremación? ¿Qué aconseja el Espiritismo?
Cuando se estudia el comportamiento de la Humanidad a lo largo de
los milenios, se observa la nítida preocupación del hombre con su futuro tras
la muerte. Un individuo es declarado oficialmente muerto en el momento que
cesan sus funciones vitales. Como cada grupo recibe la herencia social y
religiosa de las tradiciones cultivadas por las generaciones anteriores, cabe a
los miembros del grupo a que el individuo pertenece cumplir los ritos
tradicionales hasta la instalación definitiva del cuerpo en su morada.
INHUMACIÓN Y CREMACIÓN
La Inhumación es el ritual más practicado. Consiste en sepultar el
cadáver en campos, generalmente en el cementerio de la comunidad. Cremación,
acto de quemar el cadáver reduciéndolo a cenizas colocadas en urnas y en
seguida sepultadas o esparcidas en local previamente determinado. Aunque
conocida y practicada desde la más remota antigüedad por los pueblos primitivos
de la Tierra no es muy utilizada.
El fuego pasó a ser utilizado por el hombre en la Edad de Piedra Lascada y, por su pureza y
actividad, era considerado por los Antiguos como el más noble de los elementos,
aquel que más se aproximaba a la Divinidad. Con la eclosión de la religiosidad,
el ser humano fue descubriendo que había algo entre el Cielo y la Tierra y el
fuego pasó a ser utilizado en rituales religiosos.
Predominaba la creencia que al quemar el cadáver, con este serían
quemados todos sus defectos y al mismo tiempo el alma se liberaría
definitivamente del cuerpo, llegando al cielo purificada y en el retornaría à
Tierra en forma de "apariciones" asustando los vivos.
La cremación tuvo como base la fuerza purificadora do fuego. En
los últimos tiempos, en todo el continente europeo han sido encontradas vasijas
del Período Neolítico (Edad de la Piedra Pulida) llenas de cenizas de
individuos. Esos indicios revelan que la cremación era practicada en los
primordios de la Civilización Terrena.
Con el decorrer de los siglos la cremación se fue tornando práctica
consagrada en el oriente (India, Japón, etc.), regiones de Grecia y Antigua
Rosa donde vivían civilizaciones adelantadas que utilizaban el proceso gracias
al "status". Entre los pueblos ibéricos se tornó un rito
generalizado, precedido de músicas, bailes y hasta banquetes. Con estas
ceremonias se esperaba obtener actitudes benévolas de los dioses, visando
conducir las almas al Reino de los Muertos y que serían recibidas y cuidadas
con cariño.
LA INFLUENCIA DEL CRISTIANISMO
La evolución natural de la Humanidad y o ciclo iniciado con Jesús
hace 2000 anos modelando una nueva mentalidad, influenciaban sensiblemente en
las costumbres culturales y religiosas de los pueblos. Con la expansión del
cristianismo, en la intención de solidificar la fe, se fueron estableciendo
dogmas, entre ellos, el de la Resurrección. Jesús, como descendiente de una de
las doce tribus de Judea, fue sepultado conforme las tradiciones de la Ley
Mosaica. La Iglesia proclamó como Dogma de fe que el Mesías resucitó de cuerpo
y alma.
Con excepción de los países orientales donde la práctica es
normal, el rito de la cremación quedó olvidado hasta el año de 1876, cuando en
Washington, en los Estados Unidos, con la intención de revivir el proceso, se
estableció el primer horno crematorio de los días actuales, provocando polémicas
y controversias, sobretodo de la Iglesia que se posicionó contra la destrucción
voluntaria del cadáver.
Solo a partir de 1963, mediante la propagación del proceso en
diversos países del planeta, el Vaticano a través del Papa Pablo VI presentó
una apertura, mas no posicionándose claramente cuando se expresó que en el
prohibía la cremación, mas recomendaba a los cristianos la piadosa y
tradicional costumbre del sepultamiento. La Iglesia tuvo sus razones para
defender la Inhumación. Aprobar plenamente la cremación sería negar el dogma
por ella establecido.
En esa secuencia histórica se observa que en la cultura religiosa
de todos los pueblos siempre tuvo una nebulosa noción de espiritualidad y en
ella la preocupación del hombre con su destino tras la muerte. Hasta que a
mediados del siglo XIX, el francés Allan Kardec, codificador de la doctrina espírita,
lanzó una nueva luz en los horizontes mentales del hombre cuando entrevió un
mundo de inteligencias incorpóreas.
Los espíritus son los seres inteligentes de la Creación que
habitan ese mundo. Simples e ignorantes en su punto de partida, caminan hacia
el progreso indefinido reencarnando sucesivamente. En la encarnación, la ligazón
entre el periespíritu y el cuerpo es hecha a través de un cordón fluídico.
Siendo la existencia terrena una fase temporera, tras el cumplimiento de la
misión moral, con la muerte del cuerpo físico el espíritu retorna a su lado de
origen conservando la individualidad.
EL DESLIGAMIENTO NO ES SÚBITO
Los lazos que unen el espíritu al cuerpo se deshacen lentamente.
De forma general todos sienten esa transición que se convierte en un período de
perturbaciones variando de acuerdo con el nivel evolutivo de cada uno. Para
algunos se presenta como un bálsamo de liberación, mientras que para otros son
momentos de terribles convulsiones. El desligamiento solo ocurre cuando el lazo
fluídico se rompe definitivamente.
Delante de la Nueva Revelación presentada por la doctrina de los
espíritus y tomando en consideración la perturbación que envuelve el período de
transición, se cuestiona: cremando
o cuerpo, ¿cómo queda la situación do espíritu? Consultado, el mundo espiritual
así se expresó: "Es un proceso legítimo. Como espíritu y cuerpo físico
estuvieron ligados mucho tiempo, permanecen eslabones de sensibilidad que
precisan ser respetados". Esas palabras revelan que aunque el cuerpo
muerto no transmita ninguna sensación física al espíritu, la impresión de lo
acontecido es percibida por este, habiendo posibilidades de que surjan traumas
psíquicos. Se recomienda a los adeptos de la doctrina espírita que deseen optar
por el proceso crematorio prolongar la operación por un plazo de 72 horas tras
el desenlace.
Aunque la Inhumación continúe siendo o proceso más utilizado, la
milenaria cremación, por mucho tiempo olvidad, volvió a ser practicada en los
tiempos modernos. Este procedimiento se viene difundiendo ampliamente hasta en
función de la falta de espacio en las grandes ciudades. Con el crecimiento de
la población las áreas que otrora serían destinadas a cementerios se tornaron
escasas.
CREMACIÓN: UNA CUESTIÓN DE ECONOMÍA
Adeptos de todas las sectas están optando por la operación
crematoria. Sus partidarios se basan en diversas consideraciones. Para algunos
está ligada a factores sanitarios, siendo que algunos cementerios pueden estar
causando serios daños al medio ambiente y a la calidad de vida de la población,
mientras que para muchos usuarios del crematorio el proceso disminuye los
cargos básicos económicos, entre ellos, la conservación de la tumba.
Actualmente, el Brasil cuenta con cuatro áreas crematorias y está
en fase de expansión. El área de la Villa Alpina, en la ciudad de San Paulo,
fue fundada en 1974. Es la primer área crematoria del país y cuenta con cuatro
hornos importados de Inglaterra. Pertenece a la Prefectura Municipal y lleva el
nombre de su idealizador, Dr. Jayme Augusto Lopes. Las otras tres áreas son
particulares y están localizadas en la ciudad de Santos, en el Estado de Río de
Janeiro y en el Estado de Río Grande del Sur.
Según la Ley, la cremación solo será efectuada tras el transcurso
de 24 horas, contadas a partir del fallecimiento y, desde que sean atendidas
las exigencias prescritas. La prueba relativa a la manifestación del fallecido
en ser cremado debe consistir de Declaración de documento público o particular.
Las cenizas resultantes de la cremación del cuerpo serán recogidas
en una urna individual y la familia le dará el destino que el fallecido
determinó. Muchos países ya cuentan con Jardines Memoriales y edificios
llamados "Columbarios", con gavetas para depositar las urnas con las
cenizas de los fallecidos pudiendo ser visitadas por los parientes.
Kardec, el codificador dijo: "El hombre no tiene miedo de la
muerte sino de la transición".
En la medida que haya madurez y comprensión para la extensión de
la vida, el ser humano sabrá valorar cada momento de la vida terrena y dedicará
al cuerpo el debido valor que este merece. A través del cuerpo, el espíritu se
ilumina. Se repara el pasado, se vive el presente y se prepara el futuro. E el
desencarne es restituida la libertad relativa al espíritu mientras que el
cuerpo permanece en la Tierra con otros bienes materiales.
El espíritu preexiste y sobrevive al cuerpo. Tanto inhumación como
cremación son formas de dispone del cadáver. Expresan el libre albedrío de cada
cual. Los dos procesos destruyen el cuerpo. Para optar por la cremación es
necesario que haya un cierto despego a los lazos materiales y también con la
inhumación, en caso que el espíritu no esté debidamente preparado, podrá sufrir
los horrores de la descomposición. Cuanto más el espíritu esté preparado
moralmente, menos dolorosa será la separación.
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