domingo, 26 de abril de 2015

SER COLONIAL

POR ELSA TIÓ

Oportunas las palabras del escritor V. S. Naipaul, Premio Nobel del Literatura de 2001, es una referencia que nos ayuda a entender la dimensión de ser colonial en Puerto Rico al interpretar la realidad del mundo colonizado: "Ser colonial es, entre otras muchas cosas ser ignorante, en particular del propio pasado. Quien no tiene pasado que lo dota para ser algo definido se encuentra desnudo e inerme en el presente e incapaz de futuro".

Ser colonial es despreciar lo propio. Disminuir y debilitar las instituciones que defienden y promueven la cultura puertorriqueña, y una forma de lograrlo es romper con el pasado, ningunearlo; - receta infalible para crear una baja autoestima tanto colectiva como individual. Ser colonial es no educarse en el amor a su país, ni en el entendimiento de otros, es pensar que no hace falta afirmar la puertorriqueñidad porque eso está pasé. Estarían pasé todos los pueblos del mundo que se afirman y se enorgullecen a diario desde su identidad. Nos crecemos cuando somos universales a la manera de nuestras raíces, de ese aprecio a lo propio es que podemos apreciar otras lenguas y culturas.

Ser colonial es estar en disposición de entregar lengua, cultura y dignidad y de paso, dejar de ser un país, que es la forma más burda de coloniaje. Esta entrega traería graves consecuencias económicas y espirituales, cobremos conciencia que bajo la estadidad el patriota de hoy, pasaría a ser el traidor del mañana. Que habría un día para arrancar lápidas y derrumbar estatuas de todo aquel que luchó por afirmar a esta tierra y combatir la asimilación.

Sin memoria no hay país. Y no hay tierra perdurable sin raíces, carecer de un sentido de la dignidad de la propia historia y amor por la lengua y cultura acarrea graves males sociales. Sufrimos un coloniaje espiritual torpemente auto-impuesto por las instituciones educativas. Y si hemos heredado una crisis económica descomunal, también hemos heredado una crisis espiritual, fruto también de una narco sociedad globalizada, que desprecia la cultura de la vida, del esfuerzo, de la belleza, crisis que debe ser atendida con igual fervor y premura.

Ningunear la lengua, la historia y la cultura, hasta el propio estadolibrismo puertorriqueño, que costo luchas y esfuerzos de una generación de patriotas en el 40, independientemente que haya que alcanzar poderes, es una forma de desprecio y de corrupción del colectivo y del individuo. En las últimas décadas el Departamento de Educación se ha negado a educar a nuestros jóvenes a ser puertorriqueños. No enfatizar la enseñanza del español en las escuelas, no fortalecer las destrezas básicas de lectura y escritura, afecta el desarrollo de la inteligencia en nuestros jóvenes que se encuentran sin lenguaje suficiente para poder expresar ideas y transmitir sentimientos.

¿Cómo se va a inspirar a un pueblo y a una juventud si no es con su propia fuerza, con su cultura, e identidad, con fe en sí mismo que solo la cultura puede lograr? Es desde el Puerto Rico Nacional que podemos impulsar el Puerto Rico Universal, son anverso y reverso de una misma moneda.

No le quitemos los remos de la cultura al bote, y la brújula de la identidad al pueblo, porque nos conduce a la nada y al vacío. La estadidad es un bote sin remos que nos lleva a la deriva de un estado mendigo y desnaturalizante. El peor coloniaje es dejar de ser lo que somos un país, una nacionalidad históricamente diferenciada, para convertirmos en minoría perpetua.

En esa etapa del camino es oportuno reconocer que el estadolibrismo puertorriqueño surgió como una fuerza descolonizadora que empezó historicamente en el siglo XIX bajo la bandera de el autonomismo y el encarcelamiento de sus principales líderes, Baldorioty de Castro y Luis Muñoz Rivera.

José Martí independentista en Cuba y enemigo de la autonomía para su país, respetó la causa autonomista de Baldorioty. Asiste en 1889 al homenaje póstumo que le rinden a Baldorioty en la República Dominicana y expresa estas palabras:. La autonomía para Baldorioty fue la defensa real en la cárcel, y en la miseria y en el destierro, de las libertades que lo encontraron siempre a la cabeza porque nunca fue tan lejos en Puerto Rico la libertad, que Baldorioty no fuera más lejos que ella. Ni un átomo de lacayo tuvo en vida el previsor puertorriqueño… La autonomía fue para Baldorioty criollo, directo y útil el modo de congregar en acuerdo de su geografía e historia, las fuerzas irreductibles del país… El criollo útil, y el criollo leal que conoció con su sabiduría verdadera, la composición americana y peculiar del país en que vivía, el fin moral y necesario a los que había que llevar a sus elementos; y no se opuso sobre ellos como obstáculo,ni se empeño en uncirlos a una metrópoli fatalmente retrógrada, ni a un vecino esencialmente hostil… en vez de valerse del país para desnaturalizarlo y traicionarl… acató las condiciones existentes y se valió de ellas para conformar el país a sus elementos, para acomodar la política a la verdad...

Ser colonial es desconocer un pasado digno pero es doblemente vergonzoso en el caso del autonomismo, cuando la mayoría del propio liderato estadolibrista de hoy desconocen una historia digna que no merece olvido. Pero parece no importarles gran cosa a muchos de ellos, de ahí su vacío ideológico, pero viven de él.

Historia que se debe rescatar para todos y debe servirle a los autonomistas y soberanistas para encontrar un lenguaje común que una sus fuerzas, no para dividirlas, sino para juntarlas. Para ello no hay que inventar la rueda, oportuno entre otras cosas, leer el mensaje del Lcdo. Manuel Fernós sobre el libro de su padre titulado, De Médico a Constituyente, en el que da claves con sus preguntas esclarecedoras al P.R. del siglo XXI.

Cobremos conciencia que divididos sólo le será beneficioso a un partido asimilista que tiene como proyecto fundamental, desde su fanatismo, la desnaturalización, la persecución, la demolición de agencias e instituciones, la entrega y derrota moral del país. Pretenden una estadidad economicamente incosteable y culturalmente suicida; aunque es el territorio incorporado su agenda oculta, y ya no tan oculta.

Los antecedentes históricos del fanatismo y corrupción estadista hablan por sí solos: la vergonzosa compra del voto en la década del cuarenta por un par de zapatos, la planificación y encubrimiento de los asesinatos del Cerro Maravilla, los 40 funcionarios del gobierno presos por corrupción, la entrega de los 100 mil empleos de las 936, por no ser compatibles con la estadidad, y por la misma razón la ley 7 con la eliminación de los 30 mil empleos públicos, mientras saquebaban los fondos públicos. La fabricación de casos para intimidar, como el caso del geomorfólogo José Molinelli, de la profesora de Linda Colón y los respetados alcalde Marcelo Trujillo y Joe Román entre otros.

No olvidemos el desprecio a los valores democráticos como cuando amordazaron a la prensa, cuando asaltaron el Tribunal Supremo y cuando legislaron la ley de Tito Kayac que permitía encarcelar por tres años a ciudadanos que protestaban pacíficamente frente a edificios públicos y desataron una violenta persecución contra estudiantes; lamentablemente la lista sigue y es peligrosamente larga.

Los verdaderos separatistas y subversivos los compone un liderato fascista estadista que quiere separarnos de la cultura democrática, y del estado de derecho aunque se reviente el país. La estadidad es la colonia perpetua.

Los verdaderos líderes son los que unen, no los que dividen y en el caso de los autonomistas y soberanistas es más los que los une, que los que los divide. Todos queremos más poderes, pero para unir hay que hablar claro, y como decía Martí "acomodar la política a la verdad". Y esa verdad, nos guste o no, es que la separación carece de un pueblo detrás que la respalde, y rechaza perder una ciudadanía que le permite una movilidad como la que tienen los ciudadanos de la Unión Europea que tienen entrada franca a 28 países; y nuestro pueblo cuando viaje libremente a E.U. y la solicitan hoy 40 millones de latinos en E.U. Y esa premisa debe estar clara para el liderato, poque el pueblo observa.

A lo largo de 116 años de vida política, ha sido el estadolibrismo puertorriqueño la única fórmula alcanzada con E.U. Cuando se votó por la ley 600 nadie votó por la colonia. Y como dato, la autonomía es también según las Naciones Unidas una forma de descolonización. Las Naciones Unidas especifica que reconocen como descolonizadora cuatro fórmulas: independencia, la libre Asociación, la anexión y la 4ta, cito: "cualquier otro arreglo escogido libremente por los ciudadanos de un país o territorio y acordado con el gobierno de otro país. Y este fue el caso de Puerto Rico con la ley 600.

El hecho de tener una autonomía recortada, limitada, cada día más difícil que defender y que sea imperativo e inaplazable alcanzar mayores poderes autonómicos como eliminar las leyes de cabotaje, eliminar estatutos federales que no nos deben aplicar y que son una camisa de fuerza para el desarrollo económico, entre otros puntos, no puede ser razón para menospreciar y disminuir el esfuerzo titánico y digno de las luchas que desde el siglo XIX y XX se dieron para alcanzar poderes todavía inconclusos.

Pero más que etiquetas de soberanismo y autonomismo, el pueblo quiere que le identifiquen esos poderes. Desde esa realidad resulta impostergable que el estadolibrismo puertorriqueño luche por alcanzar mayores poderes de soberanía asociada con E.U; en unión permanente que da la ciudadanía americana. Fernos Isern el arquitecto del ELA lo vio claro, cuando expreso que con el ELA liberamos una mano, pero hay otra amarrada que hay que liberar. Nadie le ha dicho a Escocia que es colonia, por pedir mayor autonomía ante Inglaterra. Pero para ello se necesita un lenguaje claro y un amor profundo al país. Lo decía Antonio R. Barceló, “Puerto Rico por encima de todo.” Hay mucho en juego porque una patria que se pierde, es como una especie que se extingue, no se recupera jamás.

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