viernes, 26 de diciembre de 2014

DROGAS Y ESPIRITISMO


     En Montichiari, norte de Italia, fue inaugurado un interesante restaurante montado en un ambiente repleto de sugestiones “antidrogas”. Y la selección de la ciudad fue estratégica, pues Montichiari tiene 25 mil habitantes, mas tiene el récord italiano en el consumo de cocaína, con 14 dosis diarias por cada mil habitantes, según reciente pesquisa oficial del Ministerio de Salud italiano, superando Milán, con 9,1 dosis, en 2009. La decoración del escenario reproduce tecnológicamente [1] los daños provocados por la droga (cocaína) en el cerebro humano. Los aparatos de televisión instalados estratégicamente en las paredes no transmiten programación de emisoras de TV, sino testimonios de ex-drogados.[2] Los parroquianos salen del ambiente con membretes ajustadísimos sobre las implicaciones del uso de drogas.
     Mientras hay ese noble e inusitado ejemplo en Italia, aquí en Brasil surgen los heraldos de la legalización de las drogas. Tal vez ahí estemos delante de un complejo dilema: ¿Cómo resolver el problema de las drogas? ¿Consentir o consumo? ¿Autorizar la compra y venta solo de macona? ¿Permitir el consumo de otros entorpecientes? ¿O la solución es erradicar las drogas del planeta? ¿Cómo hacerlo? ¿Será posible una sociedad libre de drogas? ¿Habrá siempre personas interesadas en el uso de sustancias que alteran la conciencia?
     En Brasil hay un inquietante movimiento para la liberalización del uso de una sustancia extraída de la macona apoyado en el argumento de que el canabidiol (CBD) sea una sustancia terapéutica que no altera los sentidos y no provoca dependencia. No obstante, el psiquiatra José Alexandre Crippa, de la Universidad de San Pablo, uno de los mayores estudiosos en Brasil de canabinóides, alerta que la extracción del CBD nunca viene pura; contiene siempre alguna cantidad de Tetra-hidrocanabinol (THC), el compuesto que provoca alteraciones de los sentidos, y ahí está el peligro.
     Más de 20 países ya han autorizado el comercio de remedios a base de canabidiol, incluyendo algunos estados americanos, Inglaterra, Israel y Uruguay. Brasil está fuera de esa lista, no obstante importar ya es posible, aunque la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) imponga varias exigencias al laudo médico, entre ellas la comprobación de que el paciente puede morir sin la administración del medicamento canabidiol. El Consejo Regional de Medicina de San Pablo autoriza la prescripción de CBD apenas para crianzas con algunas dolencias específicas.
     Creemos que más importante que discutir la descriminalización de drogas es la urgencia de debatir la asistencia al contingente asom­broso de dependientes químicos que se encuentran categóri­camente desasistidos por el Estado. Obviamente las reglas que se aplican a las drogas ilegales deberían ser aplicadas a las bebidas alcohólicas (catastrófica droga legalizada) que debería ser criminalizada en el mundo con urgencia. Se opina que si la maconha fuere tan accesible para o viciado cuanto los alcohólicos, es presumible que elimine la bestialidad proveniente del su tráfico. Pero, no nos engañemos, el consumo crecerá, aumentando el número de molestias y muertes ocasionadas por el uso permanente de otras drogas.
     Bajo el punto de vista espírita, comprendemos que todos los tipos de vicios dan campo a amenazadores micro-organismos psíquicos en el dominio del alma. Transgresiones violentas, como uso de drogas (sobretodo bebidas alcohólicas), rompen el revestimiento magnético que poseemos y las consecuencias son la devastación de la salud física y hasta la muerte, a veces precedidas de la locura. “Paralelamente a los microbios alojados en el cuerpo físico hay bacilos de naturaleza psíquica, cuales larvas portadoras de vigoroso magnetismo animal. Esas larvas constituyen alimento habitual de los espíritus desencarnados [obsesores] y fijados en las sensaciones animalizadas. La indiferencia a la Ley Divina determina sintonía entre encarnado y desencarnado viciados, este [obsesor] agarrándose a aquel [obsedado], succionando la gran energía magnética de la infeliz fauna microbiana mental que hospeda, en proceso semejante a las hierbas dañinas en las ramas de los árboles para succionarles sustancia vital”.[3]
     Como si no bastase, también hay las llamadas “drogas digitales sonoras” (e-drugs) que están invadiendo la red mundial de computadores y se proliferan rápidamente en las redes sociales. Creada en los Estados Unidos, la “droga” en referencia no es de beber, fumar, cheirar o inyectar, mas de oír: sí, (¡pásmese!) OIR!!! son “píldoras” sonoras digitales, que con simples batidas combinadas obligan al cerebro a tratar de equilibrarlas. De ahí surgiría lo “barato”. Es una acción neurológica que consiste en la emisión de sonidos diferentes en cada oído (zumbidos), que supuestamente estimulan al cerebro a producir sensaciones de “euforia”, “estados de transe” o de “relajamiento”. Tales drogas digitales invadieran a Francia en los últimos años y, por tanto, sus efectos son desconocidos. [4]
     Ante las leyes humanas, no proponemos aquí que el vicio, específicamente lo que escogemos analizar, sea un problema de criminalidad, sino un problema de desequilibrio íntimo, delante de las leyes de la vida. Y ello no apenas en el terreno en que el vicio es más claramente examinado. Sobre otros tantos vicios que cargamos, como el de reclamar de todo y de todos, Chico Xavier, con muy buen humor, explica que “si hablamos demasiado, estamos viciados en el verbalismo excesivo e infructífero. Si bebemos café excesivamente, estamos destruyendo también las posibilidades de nuestro cuerpo nos sirva.” [5]
     El vicio en sí mismo es toda dependencia química o psíquica generadora de solicitudes insustentables, capaces de llevar al viciado a repetir incesantemente la acción que sacia, temporalmente, esa “aflicción”. En regla, resulta de una acción repetitiva, que no siempre proporciona placer inmediato, mas que a lo largo del tiempo se torna objeto de necesidad exacerbada, inconveniente y perjudicial al individuo. Cuando ponderamos la palabra vicio, podemos también citar los corrompidos por el alcohol, cigarro, dinero, juegos, comida y recordamos además los dependientes psíquicos que están entrañados en el vicio del sexo aviltante (aquellos que buscan lo “barato” en la pornografía a través de la tecnología, normalmente a través de la internet).
     El hombre debe valorar la “drágea” del afecto, el “comprimido” del cariño, la “e-drug” de la comprensión, la “gota” de renuncia, o el “té” del amor en familia,  la “inyección” de la caridad, la “internet” de la benevolencia, por ser los más eficaces remedios en la cura de las patologías espirituales que devastan moralmente todo proyecto de vida del ser humano.

Autor : Jorge Hessen

Notas y referencias bibliográficas:
    (1)       Simula la reacción de las neuronas al uso de la cocaína. Cuando el usuario pasa la mano sobre algunas hileras de harina blanca dispuestas en una bandeja al final de la pared, el sistema electrónico es accionado y una “lluvia virtual” de cocaína invade el monitor. En seguida, el cerebro del usuario entra en una especie de corto-circuito e implosiona en la tela.
    (2) Disponible en:
http://noticias.terra.com.br/mundo/europa/restaurante-tematico-reproduz-efeito-da-cocaina-no-cerebro,c48314ae9ff99410VgnVCM20000099cceb0aRCRD.html Accesado en 15/11/2014
   (3) Xavier, Francisco Cándido. Misioneros de la Luz, dictado por el Espíritu André Luiz, Río de Janeiro: Ed. FEB 1945
  (4) Disponible en: http://veja.abril.com.br/noticia/ciencia/e-drugs-o-novo-fenomeno-da-internet-invadem-a-franca, accesado 12/11/2014
  (5) Conforme: “El Espírita Mineiro”, #179, julio/agosto/septiembre de 1979. Publicado en el libro CHICO XAVIER – MANDATO DE AMOR, Editado abril/1993 por la Unión Espírita Mineira – Bello Horizonte, Minas Gerais

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