miércoles, 3 de diciembre de 2014

LA CIENCIA DEL FUTURO

 
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Carlos de Brito Imbassahy
(Físico)
No hay duda de que la evolución camina en progresión geométrica, lo que da idea de que el progreso viene de forma vertiginosa. De hecho, desde que el siglo XX tuvo inicio, el conocimiento de las cosas en el campo científico se tornó avasallador. Hasta el año.1900 no se sabía que la molécula se dividía en átomos y estos en partículas. Hoy, las sub-partículas son conocimiento del pasado.
La primera pala de cal en el materialismo tradicional fue dada por Einstein, cuando idealizó su primera Teoría de la Relatividad General y ecuacionó el estado físico material de la energía y que, como tal, no pasaba de una forma transitoria; las pesquisas con los aceleradores Fermi de partículas fueron aún más radicales, cuando mostraron que la energía cósmica, por sí sola, no podría alterarse y que, como tal, hasta la sub-elemental partícula tendría un agente estructurador, o sea, un principio equivalente al alma.
Con ello, además de los materialistas, las sectas religiosas que garantizan que el alma es meramente un principio (o privilegio) humano, fueran envueltas en el mismo rollo; y si la Ciencia ha sido el grande obstáculo para el estudio religioso, ahora, pasará a ser el marco de definición: o estas abandonan sus dogmas en detrimento de la infalibilidad de sus principios, o serán gradualmente aniquiladas por la voracidad de la Ciencia del Futuro que implacablemente va descortinando nuevos conocimientos incompatibles con los preceptos de infalibilidad; y quien no la acompañe estará condenado al descrédito.
Y, ¿cómo queda el  Espiritismo en toda esa coyuntura?
A pesar de sufrir con muchos de sus probables adeptos, que han intentado transformarlo en una secta bíblica más, en un retroceso evolutivo, este continúa resistiendo al proceso de degradación de esos embates y prosigue teniendo la Ciencia como objetivo o fundamento de sus conclusiones, a pesar de ellos. Yerra redondamente quien piensa que la fase experimental doctrinaria ya ha pasado: ¡apenas comenzó!
Los nuevos aparatos están ahí para permitirnos una pesquisa más segura, donde el fraude no más ocurrirá porque puede ser detectado por ellos, imparciales en sus registros y seguros en sus resultados insofismables. Es el fin del empirismo. Nadie más podrá predicar un principio sin la prueba, ni aun serán aceptados mensajes mediúmnicos que no encuentren respaldo en las experiencias; el hombre comienza a entender que la vida en la Tierra es de encarnados y ellos son los que tienen que descubrir las verdades que faltan para su mayor conocimiento y evolución, independientemente de las ayudas que la Espiritualidad (de donde venimos y hacia donde volveremos) nos pueda traer.
Caso contrario, no se justificaría el haber nacido.
Está en la hora, por tanto, de reformular nuestra posición reaccionaria para no quedarnos  detenidos en el tiempo y tener que integrar el grupo de los atrasados, mientras el conocimiento avanza; está en la hora, pues, de caminar con este hacia la verdad de las cosas.
Y lo peor de todo es que, mientras los científicos van desvelando un mundo nuevo, por el lado espiritual - el dominio de las formas - algunos de los que se dicen espíritas son los que se tornan verdaderos obstáculos del progreso doctrinario.
Estamos a un paso de saber lo que es el espíritu pues los osciloscopios ya pueden detectar su presencia, o sea, el "campo" a él correspondiente, lo que comprueba que, además de existir, tiene algo en común con la materia, si no, evidentemente, no podría actuar sobre ella, dotándola de vida, desde la forma a más elemental, que es la de la sub-partícula atómica, hasta la animal superior (del hombre), mostrando que la escala evolutiva de los seres materiales obedece a una ley de formación espiritual.
En fin, hasta en la vida, la materia es transitoria.

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