-->
Carlos de Brito Imbassahy
(Físico)
No
hay duda de que la evolución camina en progresión geométrica, lo que da idea de
que el progreso viene de forma vertiginosa. De hecho, desde que el siglo XX
tuvo inicio, el conocimiento de las cosas en el campo científico se tornó
avasallador. Hasta el año.1900 no se sabía que la molécula se dividía en átomos
y estos en partículas. Hoy, las sub-partículas son conocimiento del pasado.
La
primera pala de cal en el materialismo tradicional fue dada por Einstein, cuando idealizó su primera
Teoría de la Relatividad General y ecuacionó el estado físico material de
la energía y que, como tal, no pasaba de una forma transitoria; las pesquisas
con los aceleradores Fermi de partículas fueron aún más radicales, cuando mostraron
que la energía cósmica, por sí sola, no podría alterarse y que, como tal, hasta
la sub-elemental
partícula tendría un agente estructurador, o sea, un principio
equivalente al alma.
Con
ello, además de los materialistas, las sectas religiosas que garantizan que el
alma es meramente un principio (o privilegio) humano, fueran envueltas en el
mismo rollo; y si la Ciencia ha sido el grande obstáculo para el estudio
religioso, ahora, pasará a ser el marco de definición: o estas abandonan sus
dogmas en detrimento de la infalibilidad de sus principios, o serán
gradualmente aniquiladas por la voracidad de la Ciencia del Futuro que implacablemente va
descortinando nuevos conocimientos incompatibles con los preceptos de
infalibilidad; y quien no la acompañe estará condenado al descrédito.
Y,
¿cómo queda el Espiritismo en toda
esa coyuntura?
A
pesar de sufrir con muchos de sus probables adeptos, que han intentado
transformarlo en una secta bíblica más, en un retroceso evolutivo, este
continúa resistiendo al proceso de degradación de esos embates y prosigue
teniendo la Ciencia como objetivo o fundamento de sus conclusiones, a pesar de
ellos. Yerra redondamente quien piensa que la fase experimental doctrinaria ya
ha pasado: ¡apenas comenzó!
Los
nuevos aparatos están ahí para permitirnos una pesquisa más segura, donde el
fraude no más ocurrirá porque puede ser detectado por ellos, imparciales en sus
registros y seguros en sus resultados insofismables. Es el fin del empirismo.
Nadie más podrá predicar un principio sin la prueba, ni aun serán aceptados
mensajes mediúmnicos que no encuentren respaldo en las experiencias; el
hombre comienza a entender que la vida en la Tierra es de encarnados y ellos
son los que tienen que descubrir las verdades que faltan para su mayor
conocimiento y evolución, independientemente de las ayudas que la
Espiritualidad (de donde venimos y hacia donde volveremos) nos pueda traer.
Caso
contrario, no se justificaría el haber nacido.
Está
en la hora, por tanto, de reformular nuestra posición reaccionaria para no
quedarnos detenidos en el tiempo y
tener que integrar el grupo de los atrasados, mientras el conocimiento avanza;
está en la hora, pues, de caminar con este hacia la verdad de las cosas.
Y
lo peor de todo es que, mientras los científicos van desvelando un mundo nuevo,
por el lado espiritual - el dominio de las formas - algunos de los que se dicen
espíritas son los que se tornan verdaderos obstáculos del progreso doctrinario.
Estamos
a un paso de saber lo que es el espíritu pues los osciloscopios ya pueden detectar su
presencia, o sea, el "campo" a él correspondiente, lo que comprueba
que, además de existir, tiene algo en común con la materia, si no,
evidentemente, no podría actuar sobre ella, dotándola de vida, desde la forma a más elemental,
que es la de la sub-partícula atómica, hasta la animal superior (del hombre),
mostrando que la escala evolutiva de los seres materiales obedece a una ley de
formación espiritual.
En
fin, hasta en la vida, la materia es transitoria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario